Lo sé, hemos empezado febrero y estamos un poco lejos de los 10.000 puntos de los que yo hablaba a principios de año. El espectacular mes de diciembre y el comienzo de año nos habían hecho creer en nuestras posibilidades tras más de un año (desde abril del 2015) sin levantar cabeza. Cierto es que se puede ganar en ambos sentidos, pero yo soy un poco clásico y prefiero ver un mercado alcista, tal vez también por los intereses de mis clientes. Pues bien, pasado enero con más publicidad que resultados, podemos decir que los 10.000 siguen estando en la hoja de ruta y que la directriz alcista de corto/medio plazo sigue intacta. Sin embargo, poco a poco nos vamos acercando a zonas que, ampliando nuestro punto de vista, son de gran importancia y, por otro lado, se van constituyendo otras que pueden adquirir también un papel protagonista.
Vamos a centrarnos en el IBEX que al fin y al cabo es el actor principal de este análisis, aunque la influencia de otras bolsas sea también decisiva. Vamos a hablar de zonas y redondeando un poquito para que archivemos mejor los niveles en nuestra memoria. Tenemos en 9.250 un soporte que, aunque bien cierto es que en el corto plazo ha sido decisivo, durante un año y exceptuando el mes de abril con aquel 9.360, fue una losa imposible de superar hasta en cinco ocasiones. Por lo tanto, es un apoyo fundamental del IBEX. Lo hemos visto también esta semana. Suponiendo una perforación de dicho nivel, tenemos a la directriz alcista en al retaguardia con lo que llegado ese caso no estaría todo perdido. Ahora bien, aparte de los 9.600 que se han convertido en un contratiempo en el mes que hemos dejado atrás, en los 9.725 y los 10.000 tenemos los siguientes niveles a batir, destacando ese ultimo por lo significativo de su valor. Y es aquí donde se acerca un potente rival a batir y que podría llevar al traste nuestras aspiraciones alcistas: la directriz bajista de los últimos dos años. No vamos a ser fatalistas, porque el 2016 fue un año de mucha lucha y salimos victoriosos formando una base para el giro, por lo que una consolidación como la que estamos teniendo ahora, acompañada con una ruptura de dicha tendencia de largo plazo, nos pondría el camino recto hacia los 10.500 puntos. Eso sí, al igual que toda moneda, tenemos otra cara y si el proceso actual no consigue imponerse, ganaría mucho peso en las apuestas una vuelta a los 8.500 puntos.
En resumen, cruce de trenes a la vista. Esperemos que las agujas funcionen bien y que el tren alcista y de cambio siga el camino hacia su destino, ya que sino el choque de ambos trenes nos hará revivir los fantasmas de un pasado no deseado. ¡Qué paséis un muy buen fin de semana!