Llevábamos días comentando lo poco estructuradas que estaban las subidas que habíamos visto en las últimas semanas, tras la fuerte recuperación de las Bolsas durante julio. Especialmente llamativo era el letargo extremo de Wall Street, estancando en sus máximos históricos pero sin prácticamente moverse durante más de un mes.
Pues bien, el viernes las cosas ya comenzaron a cambiar. Lo más significativo fue que el US 500 rompió a la baja el rango de consolidación, perdiendo estrepitosamente los 2.160 puntos, que había sido el suelo del lateral desde mediados de julio.
El motivo principal y más concreto de las caídas estuvo en unas declaraciones de Rosegren, miembro de la FED alineado con las posturas más laxas que suele mantener la presidenta Yellen, en las que se mostró partidario de elevar los tipos de interés lo antes posible, pues la economía corre el peligro de recalentarse en su opinión. Previamente, el BCE, que no anunció ningún cambio tras su reunión del jueves, dijo que podría considerar cambiar los criterios técnicos sobre los bonos que compra, pero que no lo haría hasta diciembre.
De esta forma, los inversores se vieron “sorprendidos” por una menor generosidad de los bancos centrales.
Los bonos vivieron su peor día desde el Brexit, aumentando fuertemente su rentabilidad. Y este movimiento añadió más preocupación.
En el fondo, la excusa resulta lo menos importante del movimiento. No estamos ante razones de gran peso que vengan a cambiar el panorama: las Bolsas había ido demasiado lejos con las subidas, alzándose sobre catalizadores poco sólidos. Y parece que ha llegado la hora de purgar esos excesos alcistas.
Otro miembro de la FED, Tarullo, hizo UNAS declaraciones muy distintas, dudando incluso de que se fueran a subir los tipos de interés este año, pero cayeron en saco roto.
Al cierre, el S&P500 se dejó un 2,5%, de forma similar al Nasdaq, con el sector de utilities liderando los descensos.
Otro elemento bajista lo tuvimos en el petróleo, que cayó con fuerza. Se ha publicado el dato de instalaciones petrolíferas en EE. UU., y continua observándose un repunte de las mismas, aumentando el potencial de oferta de crudo en el mercado. De esta forma, el barril de Brent, que el jueves por la tarde llegó a superar los 50 $, cotiza ahora en 47,50 $.
En Asia hemos tenido también claras caídas. El Nikkei se ha dejado un 1,7%. Caídas similares ha tenido la Bolsa de Shangai.
En Europa destacan las caídas ahora mismo del sector de materias primas. También caen los bancos.
El Ibex, el selectivo más alcista en los últimos tiempos, lidera las caídas junto con la Bolsa de Milán, donde los bancos italianos vuelven a caer con fuerza.
En el DAX alemán destaca el desplome de E-On (DE:EONGn), provocado por el spin off de su filial Uniper, que va a provocar una reestructuración en la composición del selectivo alemán.
En datos macroeconómicos tenemos que el desempleo en Italia durante el segundo trimestre queda en el 11,5%.
En EE. UU. esta tarde no tendremos datos macroeconómicos relevantes, pero debemos estar atentos a los discursos de otros dos miembros de la FED, que pueden dejar pistas sobre las planes de la Autoridad Monetaria que tantos nervios están suscitando.
El EUR/USD cae hasta el 1,1230 en estos momentos.
En definitiva, la corrección que esperábamos parece que ha comenzado. Tan solo una vuelta del S&P500 por encima de los 2.160 abortaría el intento de corrección.