Como podrán atestiguar nuestros clientes, no nos ha temblado el pulso a la hora de tomar determinadas precauciones ante la posibilidad de una crisis bancaria. Este tipo de crisis es lo peor que puede pasar en los mercados y la simple posibilidad aconseja tomar medidas, al menos hasta que pase la tormenta. Pero, dicho esto, esta crisis puede desembocar en algo peor, pero también ser superada y dar entrada a un periodo alcista
Pero lo que puede hacer el mercado a partir de ahora lo hemos analizado ya en el primer capítulo de este informe. Ahora queremos insistir en algo en lo que hemos insistido en varias ocasiones porque puede llegar a ser de enorme importancia. Ya lo hicimos en junio y octubre del año pasado, cuando el mercado alcanzó altas cotas de pesimismo. Y ahora la crisis ha vuelto a desatar ese pesimismo que suele ser una gran oportunidad de compra. Aunque en esta ocasión es bueno realizar un cierto timing y actuar gradualmente, dadas las particulares circunstancias en las que nos encontramos (riesgo de que se reproduzca la mencionada crisis bancaria).
Porque, como vemos en el gráfico n.º 8, desde el año 2000 nunca ha habido tanto dinero en fondos monetarios, que son los fondos de inversión más conservadores que existen. Ni durante lo peor de la gran crisis financiera, ni durante la pandemia, etc.
Gráfico n.º 8: Dinero colocado en fondos monetarios desde el año 2000
Ahora veamos qué ocurrió después de que se alcanzarán máximos históricos de posicionamiento en estos fondos hiperconservadores. Y la respuesta es muy sencilla: siguieron periodos muy alcistas en bolsa. Vean si no el gráfico n.º 9, donde figura la evolución del S&P 500 precisamente desde finales del siglo pasado hasta hoy.
Gráfico n.º 9: S&P 500 y momentos en los que hubo más volumen en fondos monetarios
En el gráfico podemos observar la impresionante subida que hubo precisamente desde finales de 2009 (cuando el dinero situado en fondos monetarios alcanza un máximo histórico para la época), hasta la llegada de la pandemia. Y la gran subida que hubo después de la fuerte caída que se produjo con la llegada de la pandemia, que coincide con un nuevo máximo histórico en el volumen invertido en fondos monetarios.
Esto obviamente debe tomarse solo como un dato, pero está claro que es un dato a tener en cuenta. Porque esto además sigue un esquema que suele repetirse:
- Los inversores, asustados, se llevan el dinero a fondos monetarios.
- Meses después se dan cuenta de que se están perdiendo la recuperación bursátil.
- Los vendedores (bancos y asesores no independientes) aprovechan para venderles fondos de renta variable o mixtos (donde la comisión del vendedor es mucho mayor que en un monetario).
- Ese dinero entra en el mercado.
Así se juntan el hambre con las ganas de comer: el inversor tiene hambre de rentabilidad, como es lógico, y los vendedores/asesores no independientes tienen ganas de mejorar su retrocesión por comisiones y se lanzan como lobos a colocarle a la gente fondos de renta variable o mixtos, lo cual genera un fuerte impulso bursátil.