Siempre hay una vez en nuestra carrera como traders que la psicología cambia totalmente, y ese es el momento en cuanto decidimos cambiar de cuenta demo a cuenta real. De manera irremediable pasamos por una etapa de transición: no es fácil saber que, a partir de ese momento, cada entrada que hagamos será con dinero de verdad y nuestro, y que de nosotros depende exclusivamente el ganar o perder. Ya no se admiten fallos, ya no es como pasaba antes cuando operábamos y nos daba igual perder o ganar porque no era dinero real. Ahora sí hay capital real de por medio, y muchas veces eso es precisamente lo que nos asusta y abruma, y nos lleva a no operar con la normalidad con la que estábamos acostumbrados previamente en demo.
Es muy normal que, mientras hemos sido rentables en cuenta demo, pasemos por un período de transición de no rentabilidad en nuestra primera etapa en cuenta real, pero no debemos preocuparnos, es una fase muy habitual que tenemos que saber gestionar correctamente si queremos tener éxito a través de una correcta y más conservadora gestión de riesgo. Durante esa etapa tenemos que aprender a eliminar nuevamente esas inseguridades y tomarnos con total naturalidad la operativa, de manera profesional y estricta, tal y como si estuviéramos en cuenta demo. Las inseguridades e impulsos solo nos llevarán a tomar malas decisiones, y el negarnos a perder alguna entrada sería fatal para la subsistencia de la misma.
Por ello, tienes que ponerte una regla muy estricta: independientemente de que estés en demo o real, nunca te saltes las normas y haz todo lo posible porque tu psicología vuelva al punto inicial nuevamente de la cuenta demo para obtener los mismos resultados en real.
Muchas veces este error pasa también por querer demostrar a los demás o a ti mismo tu gran capacidad de gestión, pero el trading no trata de eso. No serás mejor trader por aumentar tu cuenta en tiempo récord o por querer impresionar a alguien.
Recuerda que un buen trader debe tomarse las cosas con calma, operar solo en los momentos en que la entrada se ve clara y, por supuesto, por muy seguro que pueda estar de una operación, ajustar siempre correctamente el riesgo para no tener problema en el caso de que la entrada en cuestión pueda salir mal.
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