Los norteamericanos nos producen sana envidia por la rapidez y eficacia con la que sus dirigentes están vacunando a la población. Si supieramos cómo canalizan las ayudas y el estímulo económico para hacer frente al impacto de los confinamientos, nuestra envidia sería mayor.
Los programas de estímulo económico norteamericanos no son sólo mayores que los europeos. Es que, además, se canalizan de una forma mucho más eficaz. Tanto que una gran parte de ellos consiste en enviar un cheque por correo directamente al ciudadano. Como lo oyen. Así que mientras aquí mucha gente está esperando a que le paguen la ayuda —los que tienen la suerte de tenerla y de superar la burocracia para recibirla—, los norteamericanos reciben un cheque relativamente poco tiempo después de que el poder legislativo apruebe las ayudas.
Pero más que flagelarnos con estas diferencias vamos a centrarnos en la parte positiva de esta cuestión, que, curiosamente, a quien más afecta en España es a los inversores, concretamente a los que utilizan fondos de inversión que invierten en renta variable norteamericana. El motivo es sencillo: en EE.UU. hay mucha gente que utiliza el dinero del cheque para consumir. Pero como pueden hacer lo que quieran con el dinero hay gente que lo utiliza para ahorrar o invertir. Lo podemos ver en el gráfico.
La verdad es que el gráfico número 7 daría para muchos comentarios, pero el que nos interesa a nosotros es el que hace referencia a la gasolina que supone para el motor bursátil. Y digo bursátil porque en Estados Unidos cuando se habla de “ahorrar” se habla tanto de hacerlo en renta variable como en renta fija. Y más en renta variable ahora que la renta fija está haciendo perder dinero a sus partícipes como consecuencia de la subida de tipos de interés del mercado de bonos.
Otro aspecto del gráfico que merece la pena comentar es el hecho de que incluso los ciudadanos situados en la banda baja de ingresos se planteen ahorrar más del 20 % del dinero del cheque e incluso invertir un 5% del mismo.
Como era de esperar, a partir de ingresos superiores a 60.000 dólares la cantidad que los norteamericanos encuestados declaran que piensan invertir sube al 10% del cheque, porcentaje que sigue aumentando en paralelo al nivel de ingresos.
Por lo tanto podemos asumir con un alto grado de certeza que de la parte del dinero del cheque que los encuestados dicen que dedicarán a invertir o ahorrar —colores azul más claro y más oscuro del gráfico— un porcentaje irá a inversión bursátil, es decir, a renta variable.
Es posible que estemos hablando de “sólo” un 5%-10% del total, pero teniendo en cuenta que el último programa de estímulo aprobado es de 1,9 billones de dólares, podemos hacernos una idea del nivel de gasolina que aportará al motor de la renta variable norteamericana. Eso sin contar el dinero que va a seguir saliendo de los fondos de renta fija, asunto del que ya hemos hablado en repetidas ocasiones.
La mejor forma de finalizar este capítulo es decir que, leído lo anterior, sobran los comentarios. Pero no las recomendaciones, porque la segunda parte de este trabajo es ponerle nombre y apellidos al destino de ese dinero, tanto desde el punto de vista sectorial como desde el punto de vista de productos concretos.