Los inversores europeos se preguntan hasta qué punto el ajuste de la política monetaria de Estados Unidos ejercerá presión sobre el Banco Central Europeo y sobre el rendimiento de los bonos soberanos de la UE.
Aumentan las probabilidades de que la Reserva Federal comience a subir los tipos en marzo y los funcionarios de la Fed hablan ahora de tres o cuatro subidas de tipos este año.
Según las últimas declaraciones del BCE, sin embargo, no habrá subidas de tipos este año, y la divergencia de estos planteamientos plantea algunos interrogantes.
Los mercados de divisas se tambalean, pero las posiciones especulativas en el dólar siguen siendo largas, ya que los traders consideran que las subidas de tipos de la Fed ya han sido tenidas en cuenta a la hora de fijar los precios.
Los bonos alemanes a 10 años, de referencia para la eurozona, registraron un ligero aumento de la rentabilidad en las operaciones del lunes, estableciéndose en el -0,0245%, frente al -0,0395% a última hora del viernes.
Los inversores podrían alcanzar un rendimiento cero, pero los analistas creen que el rendimiento de los bonos alemanes mostrará resistencia en ese nivel.
El alcance de este desacoplamiento puede depender de las expectativas de inflación de Estados Unidos, ya que los funcionarios de la Fed parecen seguir creyendo que la subida de los precios es una fenómeno transitorio, aunque más intenso y algo más largo de lo previsto en un principio.
El rendimiento de los bonos del Tesoro está aumentando, pero los inversores siguen pareciendo dispuestos a aceptar la opinión de la Fed de que la inflación se podrá contener. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años alcanzó el 1,8% la semana pasada.
El lunes fue festivo en Estados Unidos, pero el rendimiento implícito en los mercados de futuros subió al 1,85% y las posiciones especulativas son bajistas en términos netos.
Sin embargo, teniendo en cuenta la subida interanual del 7% del índice de precios al consumo de diciembre, se trata de un aumento relativamente discreto de la rentabilidad.
El rendimiento de los bonos del Reino Unido, Italia y Francia se dispara a causa del nerviosismo político
La deuda pública del Reino Unido se encuentra en una posición especial. El Banco de Inglaterra se atrevió a subir sus tipos de interés en 15 puntos básicos, hasta el 0,25%, el mes pasado. El rendimiento de los bonos a 10 años ha subido más de un punto porcentual desde entonces, y el lunes se situaba en el 1,1970%.
El primer ministro británico, Boris Johnson, se ha visto en problemas —muchos problemas— por permitir fiestas en su residencia del número 10 de Downing Street mientras todos los demás ciudadanos permanecían confinados en sus hogares y luego, aparentemente, mentir sobre ello.
Pero la subida preventiva de los tipos ha establecido un fondo para el rendimiento de los bonos y a los analistas no parece preocuparles demasiado el destino de Johnson. Hay dos miembros del gabinete del Partido Conservador dispuestos a tomar el relevo —el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, y la ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss— y Johnson ya ha salido de otras situaciones complicadas.
Más preocupante es el fin de la flexibilización cuantitativa en el Reino Unido. La emisión es limitada este trimestre —sólo 17.000 millones de libras—, pero cuando se reanude la emisión a gran escala en los demás trimestres, no habrá compras por parte del Banco de Inglaterra.
Italia se enfrenta a un cambio político este mes cuando el Parlamento vote a un nuevo presidente, que hace las veces en gran medida de jefe de estado ceremonial. El primer ministro Mario Draghi es el principal candidato, y la única preocupación es que su partida como jefe de gobierno desencadene unas elecciones anticipadas y a una complicada formación de coaliciones.
El rendimiento de los bonos italianos a 10 años ha subido unos 40 puntos básicos en las últimas semanas, hasta cerca del 1,365% el lunes, pero los inversores no parecen demasiado preocupados. Incluso como presidente, Draghi tendrá mucho que decir sobre la formación de un Gobierno e Italia tiene muchas razones para no hacer zozobrar el barco de la UE mientras llegan las ayudas para la recuperación de la pandemia.
Del mismo modo, el rendimiento de los bonos franceses a 10 años ha aumentado en las últimas semanas con los enfrentamientos de los candidatos antes de las elecciones presidenciales de abril. El lunes se acercaba al 0,360%, tras caer brevemente en territorio negativo en diciembre.
El presidente Emmanuel Macron tendría pocas dificultades para derrotar a la candidata de extrema derecha Marine Le Pen en la segunda vuelta. La candidata de centro-derecha, Valérie Pécresse, que gobierna la región capitalina de Île-de-France, presentaría un mayor desafío, aunque no hay garantía de que llegue a la segunda vuelta. En cualquier caso, el regreso de los gaullistas —ahora rebautizados como republicanos— no supondría una gran sorpresa.