Es recomendable que toda persona que tenga la inquietud de iniciarse en el mundo del trading empiece por plantearse si se conoce a sí misma.
El conocimiento de uno mismo es algo fundamental, no ya en el trading, sino en la vida en general. El autoconocimiento permite saber qué es lo que realmente queremos conseguir, lo cual nos ayuda a trazar objetivos realistas e identificar en que punto de nuestro camino nos encontramos.
De esta manera, el autoconocimiento nos permite saber de qué forma vamos a actuar ante determinadas situaciones y cómo vamos a percibir y enfrentarnos a determinados cambios evolutivos en nuestra vida cotidiana. En definitiva, lo que vamos a sacar del autoconocimiento es identificar nuestras debilidades y fortalezas.
El autoconocimiento forma parte de un proceso largo cuyo principio bien pudiera ser dar respuesta a las siguientes tres preguntas:
“¿Quién soy?”: Es esta una pregunta existencial a la que, si a lo largo de nuestra vida no conseguimos dar respuesta, puede convertirse en un obstáculo a la hora de lograr nuestras metas. No es una pregunta de fácil respuesta, pues nuestro conocimiento sobre nosotros mismos, aunque parezca mentira, está limitado. Es muy posible que personas de nuestro entorno tengan un mejor conocimiento de ciertos aspectos de nuestra personalidad que nosotros mismos, dado que, nuestra visión de muchas de las cosas que hacemos está sesgada. Tampoco tiene respuestas inamovibles pues las personas cambian y evolucionan. Mi yo de hoy puede ser distinto al de dentro de diez años. Por eso es conveniente reevaluarse continuamente y alinear nuestros objetivos con nuestra personalidad.
“¿Qué quiero?”: Hace referencia a tus objetivos. Es importante establecer unos objetivos realistas con los cuales te sientas satisfecho y con los que uno realmente se pueda comprometer. No caigamos en el error de pensar que esta es una pregunta que deben hacerse solo los jóvenes. La edad no influye a la hora de plantearse si estamos tomando el rumbo adecuado o si deberíamos implementar cambios. Einstein decía que lo más importante era no dejar de hacernos preguntas. Vivimos una época tecnológica de cambios y desafíos constantes que hace, no solo correcto, si no también necesario reflexionar sobre nosotros mismos y el futuro inmediato. Por ello cuestionarnos si estamos donde deseamos estar, o si nos sentimos realizados, nos permite indagar en nosotros mismos y quizá nos revele carencias o lastres emocionales que no nos dejan avanzar. Estar bien con nosotros mismos es una fuente de estabilidad emocional que redunda en la salud física.
“¿Por qué lo quiero?”: Esta pregunta hace referencia a los valores. Es decir, los valores te van a ayudar a establecer los objetivos en función de tu propio código moral. Alinear ambos va a dar sentido a tus metas y te va a permitir priorizar unas sobre otras. Cada persona posee unos valores únicos que jamás se acaban, pueden cambiar, pero no se acabarán.
Estas tres preguntas nos van a ayudar a identificar nuestras creencias que en ocasiones podrán ser limitantes, o bien podrán impulsarnos a lograr nuestros objetivos.
Son las creencias limitantes las que debemos trabajar, pues creer es crear y si una persona cree firmemente que no puede hacer algo, muy probablemente no lo hará nunca ya que esa persona está dando la batalla por perdida antes, incluso, de llegar a intentar lograr aquello que desea y todo por vivir atada a una serie axiomas y dogmas que no nos permiten vivir más allá de lo que está acostumbrada. Vivir una vida plena supone deshacernos de ciertos dogmas que nos condenan a repetir una realidad monótona, pobre y que en realidad no deseamos.
“Muchos de los fracasos vitales son de gente que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron” Thomas A Edison.
Reprogramar estas creencias limitantes no es tarea fácil, pero podemos llevar a cabo ciertos ejercicios que nos pueden ayudar.
1.- Imagina que logras aquello que deseas. Crea una fantasía en la que tu yo actual conoce al yo que quieres llegar a ser. Mírate habiendo conseguido aquello que deseas y siente la sensación de plenitud y bienestar que esto te genera.
2.- Pregúntate acerca de tus creencias limitantes. Atrévete a cuestionar aquello que te limita. Por ejemplo, hazte esta pregunta e intenta responderla: Esta creencia, ¿es de verdad siempre así?
3.- Investiga de dónde procede la creencia. En no pocas ocasiones las creencias limitantes conocen su origen en la niñez de las personas. Pueden basarse en algo que nos dijeron, o tal vez oímos que decían, nuestros padres u otra figura relevante para nosotros en aquella época. Toca reevaluar esa creencia, que incluso puede que la oyésemos fuera de su contexto o que no la entendiésemos en toda su magnitud.
4.- Flexibilidad. Cuanto más rígida y fuerte es una creencia, menos adaptables somos nosotros a nuestro entorno. Como ya he mencionado, vivimos en una época de cambios vertiginosos a los que debemos ser capaces de adaptarnos lo antes posible.
En resumen, el autoconocimiento puede ser la primera herramienta a desarrollar por un futuro trader. Conocer nuestras debilidades para trabajar sobre ellas y nuestras fortalezas para explotarlas en nuestro beneficio.