Llegamos a la mitad de la semana con buenas noticias desde otros focos financieros del mundo.
La renta variable estadounidense y la bolsa de Shanghái se apuntaron a las subidas ayer, aunque el optimismo no se extendió a otras plazas asiáticas, como Tokio, donde el Nikkei perdió el nivel psicológico de los 20.000 puntos.
Europa amanecía con sentimientos encontrados; por una parte querríamos contagiarnos de los buenos rendimientos de Wall Street y China, pero por otra es inevitable pensar en las contradicciones con las que se encontrará el BCE en su reunión de mañana. Hasta ahora parecía obvio que el Banco Central Europeo ampliaría su programa de estímulos, primero para apuntalar la aún débil recuperación económica y segundo y menos tangible, pero no por ello menos importante, para darle un empuje a la tasa de inflación del Viejo Continente, que, al igual que en otras partes del globo, parece no querer subir pase lo que pase…
Lo cierto es que eso que parecía tan obvio quizá no lo sea tanto. Ya hablamos hace unos días de la más que probable confusión en la Fed por el aparente desacoplamiento de la inflación respecto a las variables de crecimiento económico real (desempleo, masa salarial y PIB).
Esa situación no es exclusiva de Estados Unidos, Europa también empieza a notarla cada vez más. Basta echar una ojeada a los gráficos de evolución de estas variables para darnos cuenta de que la inflación debería estar subiendo más de lo que vemos. ¿Qué pasará si se mantienen o amplían los estímulos y las variables de crecimiento económico mejoran pero la inflación se mantiene baja? A fin de cuentas, uno de los factores fundamentales en la determinación de la inflación es el precio del petróleo y ya sabemos cómo está ese tema ahora mismo…
Por cierto, será curioso ver cómo afecta al cálculo de la inflación la paulatina introducción e implantación de los transportes ecológicos, aunque parece que aún hay demasiada fuerza en los lobbies energéticos como para que eso sea una realidad a corto plazo (no hay más que seguir la cumbre de París sobre el cambio climático para darse cuenta del cinismo imperante…)
Veremos qué ficha mueve el BCE esta semana, pero sea cual sea, la decisión no será fácil ni sus consecuencias serán ligeras. Mientras tanto, a pesar de que los principales selectivos europeos han abierto levemente alcistas, es bastante probable que la cautela sea la nota predominante hasta que conozcamos las decisiones tomadas por Draghi & Co.
Los datos macro siguen mostrando su cara más positiva. Después de las buenas sensaciones de ayer, con sorpresas positivas generalizadas en PMIs manufactureros y empleo en la Eurozona, hoy completamos el cuadro con la importante caída en el desempleo español y el IPC europeo, un factor crítico para las decisiones que se tomen desde el BCE. Esta tarde veremos PMI manufacturero y empleo no agrícola ADP en EE.UU., además de declaraciones de Yellen y otros miembros del FOMC.