La Reserva Federal de Estados Unidos quiere dejar correr la inflación y mantener las tasas de interés bajas. Esto, creemos, se debe a dos razones. En primer lugar, permitir que la inflación suba erosionará el balance de inflado de bonos del Banco Central de Estados Unidos en términos reales. En segundo lugar, subir las tasas de interés por encima del 2% daría lugar a una gran recesión y empujaría los pagos de la deuda a un nivel insostenible. (La tasa actual de los Fondos federales es de 1,16%).
De modo que, en la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, los días 25-26 de julio creemos que las tasas de interés no se incrementarán. Esto debilitará al USD contra el EUR, llevándolo a 1,15 dólares por 1 euro en el corto plazo.
La semana pasada, en una declaración ante el Congreso de Estados Unidos, la presidenta de la Fed, Janet Yellen admitió que los mercados de acciones están sobrecalentados, y que las “presiones de valoración” fuertes prevalecen en toda una gama de activos. No obstante, Yellen no fue clara sobre una posible alza de las tasas de interés antes de fin de año. Su postura es un cambio drástico con respecto a la política de los ocho años anteriores, cuando la Reserva Federal aumentó repetidamente las acciones a través de liquidez e intervenciones verbales.