Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
El dólar se ha vendido de forma masiva con respecto a las demás monedas principales después de que la previsión del gráfico de puntos de la Reserva Federal revelara que 11 de los 15 legisladores de Estados Unidos ya no creen que haga falta una subida de los tipos este año. En cuanto a la decisión de los tipos del FOMC, los inversores y economistas creían que sus previsiones descenderían de dos subidas de los tipos a sólo una este año pero al final fue cero, lo que es un drástico cambio que refleja la gravedad de las preocupaciones de la Fed. Según las declaraciones de política monetaria, algunos de los principales problemas incluyen la baja inflación y la ralentización del gasto en los hogares y la inversión empresarial. Aunque el banco central considera que el mercado laboral es fuerte y los datos de empleo son sólidos, una ralentización mayor de lo esperado y el descenso de la inflación permiten mantener una política monetaria acomodaticia de cara al resto del año. El presidente Powell de la Fed confirmó que la economía estadounidense está en una buena situación y crecerá sólidamente en 2019, pero las conversaciones comerciales, el Brexit, los aranceles europeos, los déficits gemelos y la ralentización del crecimiento global suponen riesgos para el crecimiento. Hasta que algunas de estas incertidumbres de resuelvan, Powell considera que "es un gran momento para que la Fed demuestre ser paciente, observe y espere". Aunque el presidente de la Fed había teñido de optimismo parte de su discurso, fue eclipsado por sus negativos pronósticos acerca del PIB y la inflación. Creemos que el dólar seguirá cayendo; el par USD/JPY, ha cerrado por debajo de la MMS de 20 días por primera vez desde enero, ampliando su descenso hasta el nivel de 110.
Mientras tanto, la libra no se ha tomado bien que la primera ministra británica solicitara a la Unión Europea un aplazamiento breve del Brexit hasta el 30 de junio. En su carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que no estaba dispuesta a retrasar el Brexit aún más. De esta manera, está claro que planea someter el acuerdo de salida a una tercera votación pero, como le han advertido tanto el portavoz de la Cámara como la Unión Europea, debe cambiarlo sustancialmente para que lo consideren siquiera. Sigue empeñada en un acuerdo que ya ha sido rechazado fehacientemente dos veces por todo el mundo y tanto el Parlamento como la UE se oponen activamente. El Parlamento está tratando de hacerse con el control del proceso del Brexit y, según el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, si May no puede ofrecer garantías de que se vaya a llegar a un acuerdo de Brexit, se rechazará la solicitud de ampliación. La UE ha dejado muy claro que el acuerdo de salida no se renegociará bajo ninguna circunstancia así que su única opción es ganarse el apoyo interno. Teniendo en cuenta lo tarde que ha realizado la solicitud, no se podrá tomar ninguna decisión en la reunión del Consejo Europeo de este jueves. El presidente Juncker de la UE planteó la posibilidad de una reunión de emergencia la semana que viene, antes de la fecha del 29 de marzo, para decidir si la solicitud de extensión debe aprobarse. No están nada contentos de que no haya consenso en el gabinete de May ni en el Parlamento y no ven cómo podría lograrse dicho consenso en los próximos dos meses. Las perspectivas para la libra esterlina siguen siendo preocupantes ya que la UE se prepara para la posibilidad de un Brexit sin acuerdo y circulan rumores de la posible dimisión de May.
Nada de esto es bueno para el Banco de Inglaterra, que tiene que pasar por alto las mejoras del crecimiento salarial y de los precios al consumo a causa de la continua incertidumbre en torno al Brexit. Habían estado actuando bajo el supuesto de que se alcanzaría un acuerdo, pero ya sabiendo que la fecha límite del 29 de marzo pasará sin acuerdo, tienen que advertir de la posibilidad de que se desencadene una desorganización del mercado y de la necesidad de precaución. Cuando se reunió el mes pasado, el Banco de Inglaterra dijo que el Reino Unido atraviesa su peor año desde la crisis financiera. El Banco de Inglaterra redujo sus previsiones del PIB y la inflación para 2019 y expresó su preocupación en torno a la ralentización del crecimiento y el Brexit. Por desgracia, las mejoras observadas desde entonces no superan la incertidumbre. Creemos que el par GBP/USD descenderá hasta el nivel de 1,30.
El Banco Nacional de Suiza también hará su anuncio de política monetaria pero el impacto en el franco suizo debería ser limitado. Los dólares neozelandés y australiano también estarán en movimiento, pues se publican los datos del PIB del 4T de Nueva Zelanda y el informe de empleo de Australia. Se espera que las cifras sean más sólidas pues la actividad comercial y de gasto de los consumidores de Nueva Zelanda se recuperaron a finales del año pasado. El crecimiento del empleo en Australia también podría superar las expectativas; los PMI han registrado mejoras en las condiciones laborales de los sectores manufacturo, de los servicios, y de la construcción.