El pensamiento impulsivo ha existido siempre, pero se ha incrementado notablemente en la actualidad. Algo lógico cuando analizamos el contexto tecnológico en el que estamos sumidos. Vamos a dedicar este artículo a estudiarlo pues, como siempre decimos, debemos conocer nuestras emociones para aprender a gestionarlas.
¿QUÉ ES EL PENSAMIENTO IMPULSIVO?
Es aquel tipo de pensamiento que nos lleva reaccionar de forma precipitada, sin una meditación o reflexión previa, ante una situación externa. En este tipo de reacción no se evalúan las consecuencias. Es, por tanto, una conducta guiada por las emociones que sentimos en ese preciso instante.
Para una mejor comprensión de lo que estamos hablando vamos establecer una división, una diferenciación, si lo prefiere, entre respuesta y reacción.
1.- REACCIÓN: Ya hemos dicho que en el pensamiento impulsivo reaccionamos; queremos obtener “X” y de inmediato satisfacemos tal deseo. Esto es una reacción.
2.- RESPUESTA: En cambio, cuando queremos “X” y el siguiente paso es una reflexión o evaluación, a partir de la cual tomamos una decisión, que puede ser obtener lo que queremos o prescindir de ello en pos de un bien mayor a largo plazo, entonces estamos respondiendo.
El primer tipo de respuesta, la reacción, tiene un carácter infantil pues se satisface aquello que uno desea igual que se intenta satisfacer a un bebe que llora. El segundo tipo, la respuesta meditada, tiene un carácter adulto, pues se sopesa la conveniencia o no de tomar una decisión.
El pensamiento impulsivo, según un estudio de la Universidad de California publicado el 29 de octubre de 2019, no tiene por qué ser un rasgo de personalidad, si no que puede tener su origen en una alteración de la hormona concentradora de melanina que favorece este tipo de pensamiento impulsivo.
Lo que puede conllevar el pensamiento impulsivo es arrepentimiento. Las personas impulsivas son, obviamente, más proclives al error. Conviven con una desventaja que no son capaces de ver y ese continuo arrepentimiento que he mencionado conduce a la frustración.
CONTEXTO TECNOLÓGICO Y PENSAMIENTO IMPULSIVO
Hoy en día nuestra vida, nos guste reconocerlo o no, gira en torno a una pantalla, ya sea la del móvil o la del ordenador. Todo se lo fiamos al algoritmo que toque. Estas nuevas tecnologías son el germen del “no pensar”, ya que se diseñan para facilitar tanto la vida que hasta piensan por nosotros. Buscas un vídeo en YouTube y la aplicación te sugiere otros tantos relacionados, los anuncios se muestran según los gustos del usuario, si quieres llegar a algún sitio tu móvil te ofrecerá la mejor ruta y sitios alternativos donde ir.
Qué decir de los vídeos; cada vez más cortos, cada vez con un menor requisito de concentración. ¿Quién quiere seguir el hilo de una historia bien contada y esperar un par de horas para ver el desenlace si puede ver, en el mismo tiempo, 100 estupideces en las que, además, ha desconectado el cerebro sin darse cuenta? Si tiene hijos adolescentes sabrá perfectamente de que le hablo. Haga la prueba de preguntarles que han visto después de que estén un rato viendo vídeos. La mayoría contestará con “no sé; nada”. El hobby del siglo XXI es no pensar.
Hacer uso de un pensamiento crítico y tranquilo requiere un esfuerzo que cada vez cuesta más realizar porque estamos perdiendo la costumbre de llevarlo a cabo.
EL PENSAMIENTO IMPULSIVO EN EL TRADING
Vamos a diferenciar dos fases en las que este tipo de pensamiento puede afectar al trader. En un primer caso vamos a ver cómo afecta al estudiante y luego pasaremos a la fase de práctica.
1.- Fase de aprendizaje. Hay una cosa en trading que se llama preparación de la sesión, análisis, graficación, estructura del precio, como usted lo quiera llamar, pero que es absolutamente imprescindible realizar y ejercitar. Consultar gráficos mayores y entender que es lo que hace el precio, para poder plantear posibles escenarios, objetivos, etc. Para quien empieza y tiene un pensamiento impulsivo, aprender todo eso está de más. Solamente quiere saber cuándo se entra, dónde se entra y cuánto va a ganar. Con eso le es suficiente. Hablar con alguien así de gestión monetaria o graficación es como hablar con un muro. Es fácil detectar estos comportamientos en los recién iniciados y hay que explicarles la realidad de esta profesión, justo lo que casi nadie quiere escuchar.
2.- Fase de práctica. Vamos a poner el caso de que el trader se haya formado correctamente y con paciencia (dedicamos un artículo a “La paciencia en el trading” que puede leer AQUÍ y que está íntimamente ligado a lo que estamos desarrollando hoy). ¿Qué trampas puede tenderle el pensamiento impulsivo para caer en el mismo? La principal motivación del pensamiento impulsivo, y que sin nombrarla he insinuado anteriormente, es la recompensa inmediata. La posibilidad de encender el ordenador y hacer una operación que nos dé el objetivo diario en 10 minutos es tentador y activa el pensamiento impulsivo. El trader buscará una configuración de entrada donde no la hay por ese afán de obtener beneficios de forma rápida. Se verá como un pensador eficaz y eficiente pues esta es una de las trampas del pensamiento impulsivo. La codicia es un componente a tener en cuenta dentro de esta clase de pensamiento
COMO PUEDE EVITAR ACTUAR EN BASE AL PENSAMIENTO IMPULSIVO
En primer lugar, usted debe tener muy claro cuál es su objetivo a largo plazo, esto le focalizará y le ayudará a evitar caer en la tentación de la recompensa instantánea. Debe estar dispuesto a sacrificar lo inmediato por un bien mayor a largo plazo. Esto es lo principal.
Otra cosa que puede ayudarle a calmar su impulso es tener un lugar donde anotarlo. El solo hecho de parar a anotar la tentación de tomar una posición de dudosas características va a calmar ese impulso. El pensamiento impulsivo se puede calmar con una simple pausa.
Si cae en el impulso debe anotarlo en su diario de trading, reconociendo el pensamiento impulsivo que le ha llevado a tomar tal posición o a salir injustificadamente, si fuera el caso.
Tenga delante su plan de trading y cuando crea estar viendo algo, pero sin estar muy seguro, pare a echar un vistazo a las condiciones de entrada/salidas reales. Esto le puede servir de ancla a la realidad, le hace darse ese respiro necesario para calmar el impulso.