Las expectativas de la demanda de verano junto con las maniobras de la OPEP deberían mantener los precios del petróleo en ebullición esta semana, mientras que el oro intenta alcanzar la parte superior del rango de 1.900-2.000 dólares ante las preocupaciones de inflación al comenzar las operaciones de este mes de junio.
El martes, los 13 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, conocida por sus siglas OPEP, y sus 10 aliados no miembros, que juntos forman la alianza OPEP+, mantendrán conversaciones sobre la calibración mensual de la oferta y la demanda. Por lo general, los miembros y aliados del cartel hacen lo que sea necesario para mantener los precios y la demanda del petróleo al alza con sus declaraciones sobre su misión y sus objetivos.
La OPEP+ decidió en abril aumentar la producción en 2,1 millones de barriles al día de mayo a julio, ya que anticipó un aumento de la demanda global de combustibles a pesar de que el COVID sigue haciendo estragos en La India, el tercer mayor consumidor de petróleo del mundo.
El petróleo se ha recuperado desde la semana pasada después de que el precio promedio de la gasolina registrara máximos de siete años en más de 3 dólares por galón o 60% por encima de los niveles de hace un año, antes de la festividad del Día de los Caídos celebrada el 31 de mayo.
Las apuestas sobre el consumo del Día de los Caídos ayudaron a los precios del petróleo a compensar las persistentes preocupaciones en torno al posible exceso de suministro procedente de Irán que llegará al mercado en los próximos meses, si Teherán logra cerrar un nuevo acuerdo nuclear con las potencias mundiales que levantaría las sanciones estadounidenses a sus exportaciones de crudo.
El WTI y el Brent también se han visto respaldados por los datos del Gobierno estadounidense que indicaban descensos mayores de lo esperado de las reservas de crudo, gasolina y destilados la semana pasada.
El oro encontró un nivel de resistencia en el territorio de los 1.900 dólares, alcanzando máximos de cinco meses tanto en futuros como en operaciones al contado con lingotes.
La semana pasada, los alcistas en el metal precioso disfrutaron de su mejor mes de los últimos 10, ya que en mayo se observó un rendimiento positivo del 8,0%, su cota más alta desde la subida del 10% de julio.
Gran parte de la acción de mayo del oro se basó en los datos de inflación, que en parte han avivado el repunte del metal.
Los datos de inflación de los últimos meses han zarandeado a los economistas que temen que 2021 pueda traer el mayor repunte de los precios en 35 años pues el coste de casi todo, desde la vivienda hasta la madera que se emplea para construirlas, se ha disparado.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo la semana pasada que el aumento de la inflación estadounidense con respecto a hace un año es probablemente un fenómeno temporal causado por la escasez de materiales en una economía que sigue recuperándose del COVID-19, y las altas cifras anualizadas podrían persistir cada mes hasta fin de año.
Si todo lo demás permanece igual, un entorno inflacionario más alto es bueno para el oro, que se considera la mejor reserva de valor en tiempos de problemas financieros y políticos.
Sin embargo, en los últimos meses, los rivales del oro, el dólar y el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense, se han recuperado ante las señales de una inflación en aumento, ya que los inversores apuestan a que la Fed subirá los tipos más rápido de lo que dice, algo que el banco central ha jurado y perjurado que no hará. Tal especulación provocó ventas masivas del oro que lo hicieron descender por debajo de los 1.674 dólares, mínimos de casi 11 meses, antes de que un retroceso del rendimiento de los bonos y el dólar ayudara al metal precioso a recuperarse y situarse en 1.900 dólares.
La resistencia del oro por encima de los 1.900 dólares también dependerá bastante del informe de empleo de Estados Unidos de mayo que se publica el viernes. Los economistas creen que se habrán creado unos 650.000 puestos de trabajo el mes pasado frente a la creación de sólo 266.000 en abril.
En general, los economistas esperan un fuerte crecimiento del empleo en Estados Unidos en los próximos meses, a medida que la normalidad regrese rápidamente al país con la supresión de la pandemia.
Dejando a un lado los datos de empleo, el dato del sector manufacturero del Instituto de Gestión de Suministros, que se publica este martes seguido de los datos del sector servicios del jueves también podría ser fundamental para el oro.
Aparte de eso, los datos de empleo no agrícola de ADP se publican el jueves, un día más tarde de lo habitual debido a la festividad del lunes, junto con las cifras semanales sobre las solicitudes de subsidio por desempleo de Estados Unidos.
Por parte de la Fed, varios funcionarios del banco central comparecerán esta semana, incluido el presidente Jerome Powell, que participará en un debate sobre el cambio climático el viernes con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.
Otros portavoces de la Fed durante la semana incluyen al vicepresidente de la Fed, Randal Quarles, la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans y el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan.
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