Los alcistas del petróleo están recibiendo todo el apoyo que necesitan para una subida de la materia prima hacia los 90 dólares o más por barril, ya que la semana comienza con un ataque aéreo mortal en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los principales productores, y una previsión positiva de oferta y demanda por parte del grupo de exportadores de petróleo OPEP.
El movimiento Houthi, aliado de Irán, lanzó el domingo ataques con drones y misiles que provocaron explosiones en camiones de combustible en los EAU que mataron a tres personas, y advirtió que atacará más instalaciones, lo que llevó a Abu Dhabi a decir que se reservaba el derecho a "responder a estos ataques terroristas”.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) publica este martes su informe mensual sobre el mercado del petróleo. Aquéllos posicionados en largo en el mercado esperan poder utilizar ese informe como trampolín para llevar el crudo a su primer objetivo de 90 dólares por barril y, con el tiempo, hasta más de 100 dólares.
El barril de crudo estadounidense del West Texas Intermediate asciende a 84,50 dólares y el de Brent de Londres a 87,50 dólares, de manera que los precios del petróleo ya han subido un 12% este año, ampliando el repunte de más del 50% de 2021.
Las subidas tienen lugar ante la evidencia de que los meses de temores sobre la variante Ómicron del COVID podrían haber sido exagerados, ya que la variante no ha causado ni de lejos tantas muertes o enfermedades como otras cepas, incluida la Delta.
Los precios del crudo perdieron inicialmente un 20% de su valor poco después de que se descubriera la Ómicron en noviembre. Volvieron a subir cuando la falta de inversión y las interrupciones de producción impidieron a algunos productores de la OPEP+ bombear a su capacidad permitida según el acuerdo del grupo de añadir 400.000 barriles más al día cada mes.
"Si persisten las actuales tensiones geopolíticas y los miembros de la OPEP+ no son capaces de cumplir con su aumento de 400.000 barriles al día, las macroeconomías, junto con las sólidas previsiones técnicas, podrían hacer que los precios se acerquen a la marca de los 100 dólares, que es donde se encuentra el siguiente nivel de resistencia técnica (significativo)", explica Ash Glover de CMC Markets.
Aun así, parte del repunte del petróleo de este año parece basarse más en el bombo que en los hechos. La supuesta mayor rigidez del mercado del petróleo que ha apuntalado el repunte entra en conflicto con el hecho de que las reservas de gasolina hayan registrado máximos de 21 meses después de que el consumo se desplomara al término de la temporada de vacaciones entre finales de noviembre y diciembre.
El informe de reservas de gasolina de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, que se publicará el jueves, podría ser positivo para aquéllos con posiciones largas. Pero incluso aunque el dato sea negativo, no se espera que lastre el alza del petróleo, ya que los bancos de Wall Street aplauden a rabiar cuando el petróleo alcanza o supera los 90 dólares, y los funcionarios de la OPEP emiten proclamas siempre que pueden para impulsar el mercado.
"El giro positivo del precio ha irrumpido en la tercera semana de enero, y los impulsores del optimismo no han dejado de reforzarse en lo que va de 2022", dice la analista principal de mercados petroleros de Rystad Energy, Louise Dickson.
El último giro lo ha propiciado el ministro de Energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, el hombre más poderoso de la OPEP, que dijo con suficiencia a los periodistas este fin de semana que se sentía "cómodo" con el actual repunte del crudo, y que era prerrogativa de Washington liberar las reservas estadounidenses de petróleo de emergencia si quería intentar hacer bajar el mercado, algo que la Casa Blanca tendría que hacer para controlar la inflación.
Despojado de sus sutilezas, el príncipe ha hecho un corte de mangas diplomático a Estados Unidos y a China, que van a liberar petróleo de sus Reservas Estratégicas de Petróleo, con el objetivo específico de tratar de controlar los precios de los combustibles, que en Estados Unidos ya han alcanzado máximos de siete años —parecido al hito del crudo.
En cuanto al oro, todo apunta a que aquellos posicionados en largo mantendrán el metal precioso por encima del nivel de soporte clave de 1.800 dólares por onza, tras la subida del 1% de la semana pasada, que colocó el contrato de próximo vencimiento del oro COMEX de Nueva York por encima de los 1.816 dólares.
El oro se promociona como una cobertura contra la inflación y está reforzando esa etiqueta al mantenerse en el nivel de 1.800 dólares desde principios de 2022, a pesar de la serie de subidas de tipos previstas por la Reserva Federal. El metal precioso fracasó en su misión de cobertura varias veces el año pasado, ya que el dólar y el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense subieron en cambio a causa de las expectativas de subidas de los tipos.
Las noticias de subidas de tipos son casi siempre malas para el oro. Eso se reflejó en cierto modo el año pasado, ya que el metal cerró 2021 con una caída del 3,6%, lo que supuso su primer descenso anual en tres años y la mayor caída desde 2015.
Pero los analistas creen que, si el tema de la inflación de Estados Unidos persiste a lo largo de 2022, el oro podría incluso reconquistar los máximos históricos de 2020 por encima de 2.100 dólares —pico que, por cierto, se produjo a raíz de las preocupaciones en torno a las presiones de los precios cuando Estados Unidos comenzó a gastar billones de dólares en medidas de alivio para combatir la pandemia.
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan utiliza una serie de puntos de vista aparte del suyo para aportar diversidad a su análisis de cualquier mercado En pos de la neutralidad, presenta opiniones contrarias y variables de mercado. No tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.