El mercado continúa haciendo apuestas especulativas negativas sobre el eventual efecto del Brexit en la economía del Reino Unido.Seguimos creyendo, sobre la base de relaciones mutuamente beneficiosas entre Europa y Reino Unido, que el resultado final será significativamente menos grave que un "duro" Brexit.Dentro de un contexto histórico, la relación entre Europa y el Reino Unido siempre ha tenido altibajos, pero las interacciones han sido siempre una constante.Eso no cambiará ahora.
En segundo lugar, ambas partes se benefician de igual forma de la relación (incluyendo el comercio bilateral), por lo que las amenazas, en realidad, no tienen sentido.La demanda interna del Reino Unido se ha desacelerado (las ventas minoristas anuales excluyendo automóviles y combustibles subieron un 2.6 % frente a un 3.8 % esperado y el
4.1 % del año anterior), después de una fuerte subida posterior al Brexit, dado que muchos apuntaban a los temores sobre una reasignación punitiva en los sectores financieros y su bajo crecimiento productivo como los culpables.Además, el rally en la libra esterlina ha eliminado algunas ventajas de la moneda para los exportadores y ha atraído a compradores extranjeros.
Estamos de acuerdo en que, claramente, la incertidumbre mantendrá bajas las inversiones, pero es exagerado esperar un colapso total o la reasignación de los sectores financieros vitales del Reino Unido.
Además, otros datos fundamentales clave siguen saludables.La economía del Reino Unido subió más rápido que muchos países del G10, ya que el PIB del primer trimestre se expandió un 0.3 % (el punto pesimista al hecho de que el ritmo fue más lento desde antes del referéndum) con una tasa anual del 2.1 %.
El desglose es incluso optimista: los sectores manufactureros subiendo un 0.5 %, el de construcción creció un 0.2 % e incluso el sector de servicios aumentó un 0.3 %.Seguimos creyendo que el resultado final será un Brexit "suave", y que el efecto sobre la economía del Reino Unido será manejable.