La semana pasada, el Banco Central Europeo (BCE) incrementó el tipo de interés oficial en 50 puntos básicos, dando por finalizado un período de seis años de tipos al 0% de dudosa eficacia para la economía europea, como puede comprobarse al comparar el crecimiento en dólares corrientes de las tres primeras economías: Estados Unidos, China, y la Unión Europa. Pueden encontrar pinchando aquí el artículo que publicamos en el mes de mayo algunos datos sobre esta cuestión.
Sin embargo, lo hecho, hecho está, por lo que es mejor centrarnos en lo que está sucediendo ahora, que pasa por recuperar el control de la inflación que ya se sitúa en el 8,6% en el conjunto de la zona euro.
De acuerdo con el Artículo 127(1) TFEU, el objetivo principal del BCE es mantener la estabilidad de precios, estando todos los demás potenciales objetivos supeditados al principal -como puede ser, por ejemplo, el apoyo a las políticas económicas de la Unión Europea-. Por si hubiera alguna duda, en el documento publicado en septiembre de 2021 que tiene por título “The mandate of the ECB: legal considerations in the ECB’s monetary policy strategy review”, es el propio BCE quien aclara que no puede perseguir ninguno de los objetivos secundarios en detrimento de la estabilidad de los precios.
En julio de 2021, la inflación general superó el objetivo del BCE fijado en el 2%. Desde entonces, se ha multiplicado por cuatro, sin que el Consejo de Gobierno haya adoptado hasta ahora alguna medida de política monetaria para tratar de poner freno a la escalada de precios. Las primeras medidas se han tomado 12 meses después.
Este período de “inactividad” del BCE en economía se enmarca dentro de los que Rudi Dornbusch e Irving Fisher describían como retardos internos (internal lags) -el tiempo que media desde que se produce una perturbación en la economía hasta que se implementan medidas de política monetaria o fiscal para tratar de corregirla-, que se distinguen de los retrasos externos (external lags) -tiempo entre la implementación de las medidas y el momento en que se percibe un efecto en las variables económicas directa o indirectamente afectadas-.
La principal crítica que puede hacerse al BCE no sólo pasa por el tiempo que ha tardado en adoptar medidas dirigidas a cumplir con su objetivo principal, sino que por el camino ha seguido implementando medidas que han contribuido a echar más leña al fuego de la inflación, como por ejemplo las operaciones en el mercado abierto de compra de bonos dentro del programa APP y PEPP , probablemente agravando el problema que todos sufrimos en nuestras propias carnes.
El retardo externo es difícil de estimar -es una de las grandes asignaturas pendientes en la ciencia económica-, y depende de factores como el dinamismo de la economía, o la estructura y eficiencia del sistema financiero de cada uno de los países que funciona como correa de transmisión que traslada estas medidas a la economía real. Los estudios empíricos advierten de que un incremento del tipo de interés puede tardar a tener un impacto real en los precios de entre 3-4 trimestres para las economías más dinámicas hasta 20 trimestres, como se desprende de autores como Esteve y Prats. Precisamente porque en Europa hay diferencias significativas entre los países miembro, y por tanto, el riesgo de que se alargue en el tiempo el problema de la inflación es mayor que en otras economías como la norteamericana, pensamos que el BCE debería haber actuado con más prudencia ante un problema que hace demasiado tiempo que se veía venir.
Flujos netos de efectivo
Los ETFs y los fondos de inversión son productos muy utilizados por una parte importante de la comunidad inversora, debido a su tratamiento fiscal especial y a la posibilidad que ofrecen de construir una cartera diversificada de manera muy sencilla. Por ese motivo, son un buen termómetro del interés y del miedo en cada momento.
A pesar de las subidas de la bolsa en la semana, las salidas de efectivo de la renta variable han continuado, esta vez por algo más de 15.000 millones de dólares. Esto deja un saldo negativo en 2022 por valor de -21.703 millones de dólares, por lo que podríamos decir que continúa el proceso de capitulación.
Por lo que respecta a la cartera de derivados de inversores institucionales, las materias primas continúan en mínimos del año en el 5,2%, mientras la renta variable se recupera tímidamente hasta el 61%.
Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial
Este indicador es útil a la hora de determinar el peso relativo que debe asignarse a cada clase de activo en una cartera diversificada. Se diferencian cuatro tipos de tendencias (alcista, lateral-alcista, lateral-bajista y bajista). Identificamos a continuación en qué punto se encuentra la FRT con datos de cierre del viernes y cómo ha evolucionado en el tiempo.
La FRT del conjunto de las materias primas (-19) se recupera tímidamente desde su nivel más bajo del año, aunque pierden la corona de clase más fuerte (o menos débil) en favor de la renta variable (-10). Los índices mundiales han conseguido salir de la zona bajista, después de 14 semanas. Las cryptos (-29) han experimentado la mayor recuperación de su fuerza relativa, desde los -52 anteriores. Aun así, se encuentran una semana más en zona bajista. Los índices de volatilidad de la renta variable continúan en zona lateral-bajista, aumentando así la posibilidad de que el rebote en las bolsas continúe.
Entre las familias de materias primas, el indicador de fortaleza interna de los commodities de Energía (+18) vuelve a subir, acercándose a la zona alcista, y continúa siendo el más fuerte. Le siguen Alimentación (-8), en zona lateral-bajista, Metales Industriales (-36), y Metales Preciosos (-75).
Continúa el proceso de mejora de la composición interna de la renta variable. La FRT de los índices americanos (+44) se dispara hasta la zona alcista. Sus homólogos europeos (-17) recuperan la zona lateral-bajista, igual que los asiáticos (-19).
El performance de los índices americanos ha sido sensiblemente superior al resto de regiones, aunque continúa siendo la más castigada en el conjunto del año.
Actualización de los niveles de control de los inversores institucionales
Como saben de artículos anteriores, nuestra predisposición es alcista mientras el precio de los distintos activos se sitúe por encima de los niveles en los que se encuentran posicionados los inversores institucionales y que se muestran en la tabla siguiente. Los niveles de presión bajista son relevantes a los efectos de anticipar en qué zonas de precios puede incrementarse temporalmente la volatilidad.
Predisposición lateral del S&P500. En caso de superar los 4.002 recuperaríamos la predisposición alcista. La pérdida de 3.821 alertaría de riesgo de nuevas caídas.
Dow Jones mantiene predisposición alcista mientras se sitúe por encima de 31.429 puntos, mientras que el Nasdaq recuperaría la predisposición alcista al superar los 12.560 puntos. Riesgo de caídas si perdiera los 12.337 puntos.
El Oro recupera la predisposición alcista al encontrarse por encima de los 1.724 dólares. En caso de perder esta cota, las caídas podrían continuar. En el caso de la plata, que se encuentra por debajo de los 20 dólares, debemos esperar que la debilidad continúe. El Brent, por su parte, continúa por encima de los 80 dólares de control, por lo que nada cambia en cuanto a su predisposición alcista.
En el mundo crypto, la predisposición seguirá siendo de debilidad mientras Bitcoin no supere los 46.951 y Ether se mantenga por debajo de los 1.825.
Actualizamos a continuación los niveles de prealerta más relevantes para la semana entrante, donde indicamos para cada uno de estos activos qué niveles, en caso de vulnerarse o superarse, podrían dar lugar a movimientos significativos.
¡Buena semana y buenas inversiones!