Esta semana se celebra la Semana Mundial del Dinero, una campaña anual que tiene como objetivo concienciar a los adolescentes y jóvenes de la importancia de ahorrar y de tomar buenas decisiones financieras para asegurar su futuro bienestar. Según una encuesta del think thank Funcas, los jóvenes españoles se consideran a sí mismos ahorradores: el 48% afirma ahorrar la mitad o más de su salario cada mes. Eso sí, casi la mitad (40%), como revela otro estudio de la Unión de Créditos Inmobiliarios, opta por dejar sus ahorros en la cuenta corriente.
Desde hace tres o cuatro años, los jóvenes se han empezado a animar a acudir a los mercados de capitales, una tendencia favorecida por la aparición de las plataformas de inversión. Realizar las transacciones fácilmente desde el teléfono móvil, las bajas comisiones o la posibilidad de invertir desde un euro han convencido a la Generación Z, que se mueve como pez en el agua en entornos digitales.
Para aquellos jóvenes que todavía no han dado el paso de dejar de ser solo ahorradores para convertirse en inversores, les ofrecemos estos cuatro consejos:
Hoy es tarde para empezar. Comenzar a invertir lo antes posible y mantener la mirada puesta en el largo plazo hará que el tiempo juegue a tu favor, y que puedas beneficiarte de la magia del interés compuesto. Es importante que incorpores hábitos de ahorro a tu día a día, empezando con pequeñas cantidades que te puedas permitir guardar, y que lo hagas de forma regular. Hoy día puedes abrir un plan de inversión a partir de 1 euro, y elegir uno flexible que te permita pausar las aportaciones si pasas por una etapa complicada, o modificar la cantidad aportada en función de tus necesidades.
La inflación “se come” los ahorros que dejas en el banco. Aunque toda inversión lleva inherente un riesgo, también es arriesgado dejar el dinero parado en el banco, un hábito muy común en el perfil de ahorrador español. El efecto de la inflación a lo largo del tiempo hace que el dinero pierda poder adquisitivo, y hará que te quede mucho menos cuando quieras recuperarlo. Te pongo un ejemplo: con una tasa media de inflación del 6%, tus ahorros perderían la mitad de su valor en 12 años debido a la depreciación. Para evitarlo, necesitas invertir, y conseguir una rentabilidad capaz de compensar o batir a la inflación.
No pongas todos tus huevos en la misma cesta. Para minimizar el riesgo de la inversión, la clave está en diversificar, es decir, distribuir el capital en inversiones en diferentes zonas geográficas, sectores, empresas y tipos de activos. Los fondos cotizados, o ETF, por sus siglas en inglés, te permiten hacerlo de u na forma muy sencilla. Optando por un ETF que siga a un índice ampliamente diversificado, como el MSCI World, no tienes que tomarte el trabajo de seleccionar una a una las empresas en las que quieres invertir. Por eso están ganando en popularidad: hasta tres cuartas partes de los inversores jóvenes de nuestra plataforma están apostando por los ETF como vehículo de inversión.
Infórmate adecuadamente y no tomes decisiones precipitadas. Mantener la calma y no dejarse llevar por los impulsos es otra de las reglas de oro del buen inversor. Para eso, es fundamental no hacer demasiado caso a las subidas y bajadas, y mantener el objetivo del largo plazo, que es donde está la rentabilidad. Y por supuesto, buscar fuentes de información fiables y veraces, y llegado el caso, pedir asesoramiento si lo necesitas.
Un viaje, un coche, la entrada de un piso, y también la jubilación, aunque todavía la veas lejos… Los objetivos que te marques pueden ser tan variados como tus aspiraciones. Por eso, es importante tener un cierto nivel de cultura financiera que te ayude a tomar mejores decisiones y garantizarte una estabilidad financiera y un futuro de bienestar económico. Cuanto antes empieces a aprender y a ponerlo en práctica, más fácil será para cumplir tus sueños.