La pasada semana se empezaron a romper las resistencias que mantenían a las bolsas internacionales en un rango lateral desde mediados del mes de abril. Fueron los mercados de renta variable europeos los que destacaron del resto, impulsados en parte por los fondos que inyectará la Comisión Europea a las economías más debilitadas y por el avance en las fases de la desescalada, el control de la epidemia con ausencia de rebrotes destacados y la apertura de fronteras que se ha iniciado. El {{174|Ibex}, al frente, avanzó casi un 6 % en la semana mientras que el EuroStoxx 50 se apuntó un 4,98%. Al otro lado del charco, también con avances semanales, el S&P 500 subió un 3,01% mientras que el Nasdaq 100, con algún signo de agotamiento, avanzó un 1.60% en la semana.
Los fondos prometidos por la Comisión Europea también ayudaron a que se redujesen las primas de riesgo de los países periféricos. La TIR de la deuda española a 10 años bajo hasta el 0,569% mientras que el Bund alemán repunto ligeramente hasta el -0.446%. Estas buenas noticias en el viejo continente apreciaron la moneda comunitaria que cerró la semana cambiándose un Euro por 1,1104 dólares (+1.89%).
Fondos de la Unión Europea, ayudas directas y de financiación de los estados e inyecciones de liquidez ilimitadas de los bancos centrales. Una gran inundación de liquidez, ¿para el mundo o quizás solo para el sistema financiero? No debemos olvidar que los fondos de reactivación que van a utilizar los estados, incluidos los provenientes de la Comisión Europea van a ser obtenidos mediante endeudamiento y este endeudamiento va a estar soportado principalmente por los bancos centrales y su ambiciosa política de compra de activos anunciada.
En definitiva un aumento de la masa monetaria en el sistema económico mundial que tiene su próximo capítulo en la reunión de tipos que el Banco Central Europeo celebrará este próximo jueves. Todo apunta a nuevas medidas de liquidez dada la baja inflación interanual en la Unión Europea que se conoció la pasada semana y que se sitúa en un raquítico 0,1%.
Cuando la sequía amenaza una cosecha el agricultor intensifica sus plegarias solicitando al cielo que le envié agua, cuanta más mejor. En ocasiones el cielo escucha al agricultor y le envía una gran tormenta que inunda sus campos. El agua humedece la tierra y revive a las sedientas plantas, pero es tanta agua que la mayoría fluye rápidamente hacia las acequias que incapaces de contenerla la redirigen al río. De toda el agua que ha caído sobre el campo solo una pequeña parte va a ayudar a que la cosecha salga adelante, el resto aumentará el caudal de río.
Esta es la situación que podemos encontrarnos los próximos meses en la economía y en los mercados. Tanta liquidez va aumentar el caudal del río, va hacer que los activos financieros aumenten su valor. La inundación de liquidez va a provocar una inflación en los activos financieros en lugar de generarla en la economía real. Y es que el consumidor o las empresas, que son los actores principales de la demanda agregada, no están preparados para utilizar toda la liquidez que le llega, como le sucede a la planta del campo. Utilizará justo la necesaria para salir adelante, pero las dudas y la falta de confianza van hacer que envíen gran parte de la liquidez al caudal del río. Volveremos a ver a compañías aumentando su autocartera.
¿Qué podemos hacer los inversores en esta situación? Debemos aprovechar el aumento del caudal del río. Si seguimos con la metáfora, debemos comprar uno de los molinos hidráulicos que hay a la orilla del río. Su productividad se va a incrementar considerablemente gracias a la liquidez que llega al río. El molino no es otra cosa que cualquier instrumento que invierta en activos financieros. Los Fondos de Inversión son quizás el más accesible y capaz de aprovechar cualquier corriente. Desde las más controladas como los activos de renta fija, hasta las más turbulentas como los activos de renta variable. En esta inundación de liquidez todos los activos financieros serán capaces de generar buenos kilovatios.
Por lo tanto estamos en un buen momento para la toma de posiciones o aumento de exposición, una vez asegurada la liquidez suficiente y controlada la crisis sanitaria. Los mercados han consolidado y la actividad económica revive. Esta semana se conocerán los PMIs de las principales economías del mundo y ratificaran que lo peor ya ha pasado.