Horas y horas detrás de un gráfico. Mucha pasión a la vez que frustración. Pasaban los días y veía ningún avance. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo podré ser rentable? Esa era la pregunta que me hacía una y otra vez a lo largo del día.
El trading llegó a convertirse en una obsesión. Ya no por ganar dinero, pues tenía mi trabajo que me proporcionaba unos ingresos estables y me permitía vivir bien, sin grandes caprichos pero sin necesidades. Nunca he buscado en el trading la solución a problemas económicos. Creo que eso es lo que me mantuvo a flote.
Tenía claros mis problemas, pero una y otra vez tropezaba con la misma piedra. Estuve a punto de dejarlo en dos ocasiones. Creo que esos días no los olvidaré nunca.
Son esos días en los que tocamos fondo, en los que la haces todo lo que sabes que no tienes que hacer, y además lo haces a lo grande. Estás destrozado, te sientes como si no sirvieras para nada. Te has fallado una vez más.
El problema de tu proceso como de aprendizaje como trader, no es quemar cuentas reales. Siempre he tenido claro que todos debemos pasar por eso. Lo asumo como una inversión en aprendizaje. No sería quien soy sin quemar cuentas. El problema es cuando quemas tu cuenta emocional, esa es la que más duele.
Y esa cuenta duele porque te toca el orgullo, la ilusión, la esperanza… ahí es donde aparece el EGO. Ese es nuestro gran enemigo. Esa cuenta duele quemarla porque te estás faltando el respeto a tu esfuerzo, a tu trabajo, a tu dinero… te estás faltando el respeto a ti mismo, y eso es algo que cuesta perdonarte.
He estudiado el grado de Comercio Internacional, Empresariales, Psicología y cuento con un Master de Dirección de Empresas Financieras y un Master en Mercados financieros y me saque la titulación de Asesore Financiero Internacional, reconocido por la FCA y la CNMV. Formación no me faltaba. Toda ella relacionada con el mundo de las finanzas y la psicología, aspectos que a priori son indispensables en el trading. Pero en casa del herrero, cuchara de palo.
Trabajé como alto cargo en multinacionales del sector financiero y asegurador, mientas lo compaginaba con mis estudios en trading. Con 25 años tenía mi carrera hecha. No necesitaba el trading para nada. ¿Por qué no podía parar? ¿Por qué me levantaba una y otra vez? Estaba sufriendo. No soy una persona muy ambiciosa a nivel material. Tenía todo lo que necesitaba, además de una familia maravillosa. Suerte de ello. Nuestras parejas y compañeros de viaje, cuanto tienen que aguantar…
Pero todos estos conocimientos y experiencias no son suficientes para el trading. Te diría que ni tan siquiera son imprescindibles. El trading requiere de algo más. El trading requiere de una lucha interior contigo mismo. El trading saca lo peor de ti. Debes enfrentarte a tus peores demonios. Es un proceso de autoconocimiento brutal. Cuando estás solo delante de un gráfico, te das cuenta como eres en realidad.
He pasado por todos los problemas y fases por las que todo trader puede pasar. Absolutamente todas. Quizá por eso ahora puedo dedicarme a enseñar, porque se perfectamente por lo que estás pasando, y por lo que vas a pasar.
A base de esfuerzo, un buen conocimiento técnico (imprescindible) y una labor de lucha contigo mismo, creces. Creces a nivel personal, y eso te hace crecer en tu trading. No es un proceso sencillo pues debes enfrentarte a pensamientos y conductas que tienes muy interiorizadas. Un día, otro día, otro día… hasta que un día… “click”.
Un día te levantas, y no sabes porqué pero lo ves todo claro y empiezas a hacer las cosas bien. Esa misma dinámica negativa que te impedía avanzar, se convierte en una dinámica positiva que te impulsa a seguir en esa linea.
El día que llega ese “click”, es absolutamente maravilloso, y difícilmente hay vuelta atrás. Mi cuenta de trading está igual que ayer, pero dentro de mi hay algo que ha cambiado. Lo notas.
Mucha gente me pregunta cuando llegará ese “click” y el problema es que no hay una fecha preestablecida. Depende de muchos factores de tu personalidad (partiendo de la base que tienes un conocimiento sólido del mercado). A mi me tardó 3 años en llegar.
Ese click no quiere decir que no vayas a cometer más errores. Por supuesto que sí. A día de hoy los sigo cometiendo y los cometeré siempre. Pero son puras anécdotas dentro de algo que ya fluye. Ya no hay malos días de trading, ya no me duelen los stops ni me alegran los profits. Es una rutina de mi día a día. Opero y me voy, y al final de mes miro los resultados. Siempre con unas normas y una gestión de riesgo sólida. Esa es una de las claves de todo esto. Pero ya no hay esa obsesión, ya no hay dudas, miedos o esas emociones que durante meses han estado presentes cada día.
Durante todos estos años he aprendido muchísimas cosas del mundo del trading y los mercados financieros. Han habido muchas situaciones por las que hubiera podido pasar por encima si hubiera pedido ayuda. Y el secreto de todo esto no está solo en la estrategia (que sin duda es importante, sin ella no puedes ganar), sino en una buena gestión de riesgo y la mentalidad adecuada para enfrentarse al mercado (y a ti mismo).
Pasados unos años, cuando todo esto lo tenía asentado, decidí escribir mi libro “Cómo no quemar una cuenta” para contarte como he vivido este proceso (por el que todos tenemos que pasar) y te muestro cómo logré superar todas las barreras que me impedían avanzar. Todas esas piedras en el camino. Esas piedras que también están en tu camino. Y que no debes olvidar que siempre estarán ahí. Pero con las que ya no volverás a tropezar.