La operativa en los mercados y especialmente en el forex suele basarse, por regla genenal, en un cierto número de indicadores con los nos encontramos más o menos orientados al éxito. No podemos olvidar que dichos indicadores están basados en la historia conocida de la evolución del precio del activo en cuestión, en nuestro caso el par euro frente al dólar.
Los indicadores no dejan de ser una forma de anlisis del pasado, lo cual nos dan una probabilidad de lo que puede pasar en el presente y el futuro, pero jamás una certeza.
Los indicadores tradicionales son lentos y suelen ir bastante retrasados respecto del presente y sobre todo no discriminan lo que es ruido de la señal de fondo, es decir de la tendencia dominante. Es por esta razón por la que en temporalidades altas son más fiables.
A día de hoy, existen herramientas de minería de datos que nos permiten comprobar si existe memoria en la presente evolución del precio, de tal forma que podemos predecir con mayor certeza la evolución futura.
Con la minería de datos podemos obtener algoritmos predictivos más eficaces que los indicadores tradicionales y nos permiten ajustar más y mejor nuestras entradas y salidas del mercado. No obstante, y a pesar de las magníficas herramientas de las disponemos a día de hoy, no tenemos nada garantizado y siempre andamos en el terreno de lo probable.
Si vemos la gráfica semanal adjunta, es fácil deducir que estamos en una clara tendencia bajista y dentro de un canal también bajista, así que lo más probable es que a medio plazo el precio del par baje en primer lugar al soporte indicado en el 1.11050+- para tocar el soporte del canal posteriormente en 1.10050+-.
Debemos de esperar también una corrección hasta la resistencia del canal que puede ser roto y cambiar la tendencia, lo cual dependerá, y mucho, de las decisiones que tome la Fed bajo la fuerte presión de Donald Trump.