Si bien todo el mundo estaba pendiente de las compras de bonos de la Reserva Federal, los responsables de la política monetaria nos dieron una sorpresa no muy sutil en la reunión de la semana pasada del Comité Federal de Mercado Abierto con su previsión de una subida de tipos de interés antes de tiempo.
Tras mantener durante meses que no habría subidas de tipos hasta 2023, los miembros del FOMC cambiaron sus puntos de vista y, de repente, una gran mayoría de los 18 miembros —13 para ser precisos— pronosticó una primera subida en 2023 o antes, y siete de ellos creen ahora que la primera subida tenga lugar ya en 2022, según los pronósticos individuales del famoso gráfico de puntos.
Uno de ellos parece ser el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, que dijo a la CNBC el viernes que ahora espera que las subidas de tipos de interés comiencen a finales de 2022 pues la inflación repunta más rápido de lo que creían.
"Esperamos un buen año, una buena reactivación económica. Pero éste es un año más importante de lo que esperábamos, con más inflación de la que esperábamos", dice Bullard. "Creo que es natural que nos hayamos inclinado un poco más hacia una postura más agresiva para contener las presiones inflacionarias".
De hecho, las previsiones de la semana pasada situaban la inflación de este año en el 3,4%, medida por el índice de gasto en consumo personal, frente a sólo el 2,4% previsto en marzo, que a su vez subió con respecto al 1,8% de diciembre. El crecimiento del PIB apunta ahora a un 7,0%, frente al 6,5% de marzo y el 4,2% de diciembre.
¿Ven la tendencia?
En su rueda de prensa tras la reunión del FOMC, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció que la inflación ha aumentado "notablemente" en los últimos meses, y los problemas de oferta han sido mayores de lo previsto.
Pero los expertos de la Fed siguen creyendo que esto es transitorio, y la proyección de inflación media para 2022 se sitúa en un 2,1% y, para 2023, en un 2,2%. Bullard, por su parte, cree que la inflación será del 2,5% el próximo año.
Los inversores reaccionaron a las noticias del FOMC vendiendo tanto acciones como bonos del Tesoro, aunque el aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro fue de corta duración.
Sin embargo, los analistas advierten de que habrá más volatilidad en los mercados debido a un aumento de sensibilidad a la inflación y a los informes del PIB.
Los funcionarios de la Fed han dicho que comenzarían y probablemente terminarían con la disminución gradual de sus compras de bonos antes de subir los tipos, por lo que adelantar la fecha de las subidas de tipos iniciales significa adelantar la de la expansión cuantitativa.
Ya no se habla de hablar de expansión cuantitativa
Afortunadamente, Powell sugirió que era hora de "retirar" su comentario sobre cuándo hablarían los responsables de la política monetaria de hablar de expansión cuantitativa —ya están hablando de ello. Pero aun así sostuvo que el comité necesita ver más datos antes de decidir cuándo desacelerar su actual ritmo mensual de compra de 80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y 40.000 millones de dólares en valores hipotecarios.
Los analistas ahora esperan conocer alguna indicación sobre la fecha en el simposio que se celebrará a finales de agosto en Jackson Hole, Wyoming, o en la reunión del FOMC de septiembre. A medida que los precios de la vivienda se disparan ante el escaso inventario, la mayoría de los economistas creen que la Fed reducirá primero sus compras de valores hipotecarios. Algunos temen que la Fed esté creando una burbuja con los precios de la vivienda con su indecisión.
El Banco Central Europeo parece estar en sincronía con la Fed y reiteró a principios de este mes que mantendrá una política monetaria relajada. Un gobernador inconformista del banco central, el noruego Øystein Olsen, ha sido lo suficientemente valiente como para contradecir esta opinión de grupo y decir que es hora de pisar el freno.
El comité de política monetaria del Norges Bank decidió mantener los tipos anclados en cero la semana pasada, pero Olsen dijo en una rueda de prensa después que se avecinan subidas este año.
"Dada su actual trayectoria, los tipos de interés subirán un 0,25% en (cada uno de) los próximos cuatro trimestres", dijo, a partir de septiembre.
Noruega tiene margen de maniobra porque no sólo no forma parte de la zona euro sujeta al BCE, sino que ni siquiera forma parte de la Unión Europea, por lo que ha mantenido su propia moneda, su propio banco central y su propia política monetaria. (Debido al petróleo del Mar del Norte, el país también tiene el fondo de riqueza soberana más grande del mundo, con más de 1 billón de dólares).
Los economistas atribuyeron las aceleradas subidas de tipos de Noruega al aumento de las previsiones de crecimiento y a la inflación de los precios de la vivienda.
¿Dónde más vemos estos fenómenos?