Descensos en las bolsas europeas en estos momentos, muy condicionados por lo que sucedió el pasado viernes tras el cierre de las plazas europeas. En concreto, nos referimos a las declaraciones del vicepresidente de la Fed, Fischer, en las que volvió a mostrar su vertiente más “dura” monetariamente, al comentar que la Fed va por detrás del ciclo económico, y que podría haber varias subida de tipos de interés este año.
Lo cual se traduce en que el vicepresidente de la Fed es partidario de subir los tipos en la próxima reunión de septiembre, y otra vez más en la de diciembre.
La respuesta del mercado fue moderadamente adversa: Wall Street se alejó de los niveles en los que estaba y cerró ligeramente en negativo. El S&P 500 perdió un 0,16%, de forma similar al Dow Jones. El Nasdaq consiguió cerrar en positivo, con un +0,13%.
Donde se recogió con más claridad estas palabras de Fisher fue en el dólar. El cruce del euro frente al billete verde pasó del 1,13 al 1,1180 actual. También los bonos estadounidenses aumentaron su rentabilidad.
En definitiva, los futuros sobre los fondos Federales dan ahora un 33% de posibilidades de que se suban los tipos en septiembre, y un 60% de que suban en diciembre.
El sector bancario fue el más beneficiado por este tipo de noticias.
No obstante, hay que relativizar las palabras de Fisher, pues en el pasado no han coincidido demasiado con los pasos consumados por la Fed. Recordamos que a principios de año, el vicepresidente deslizó que la Fed podría subir los tipos hasta en cuatro ocasiones a lo largo de 2016, hipótesis que un mes después se mostraba absolutamente imposible de cumplirse.
Por otro lado, la presidenta de la Fed, quien también se pronunció el viernes, lo hizo con mucha más ambigüedad y menor contundencia, esgrimiendo el muy manido argumento de que los tipos subirán en función de los datos macroeconómicos que se vayan conociendo, pese a reconocer el fortalecimiento de los mismos.
En Asia, hemos tenido una fuerte subida del Nikkei del 2,3%. Precisamente, la renta variable japonesa se ha beneficiado de la caída del yen frente al dólar, fruto de las palabras de Fischer. El índice de Shangai también ha cerrado con subidas claras.
En Europa, tenemos que los valores relacionados con las materias primas, las empresas automovilísticas y las químicas están entre las más bajistas. A nivel macro, hemos conocido malos datos de confianza en Italia.
Esta tarde en EE.UU. tendremos los gastos e ingresos personales, y el PCE de inflación del mes de julio a las 14:30, y la actividad manufacturera de la Fed de Dallas en agosto a las 16:30.
El petróleo retrocede desde la tarde del viernes (en gran medida, por la subida del dólar), y el Brent cotiza de nuevo por debajo de los 50 dólares, tras la última recuperación inspirada en la dudosa expectativa de que la OPEP pueda estudiar una congelación de la producción en su próxima reunión informal de finales de septiembre.
Resulta sorprendente cómo el mercado de petróleo sigue dando credibilidad a las declaraciones interesadas de algunos miembros de la OPEP en este sentido, y que ya han funcionado varias veces este año para tensar el precio del barril.
En resumen: todo sigue sin grandes modificaciones a finales de agosto, que al contrario que en ocasiones anteriores, ha resultado ser un mes extraordinariamente tranquilo para las bolsas, tras la fuerte recuperación vista en julio.