Por Aitor Méndez
A finales del pasado año, tal vez embriagados por el espíritu navideño, pusimos a algunos de nuestros colaboradores en el aprieto de tratar de predecir para nosotros algún cisne negro que pudiera ocurrir este año.
Aunque la premisa era un oxímoron en sí misma -un cisne negro es, por definición, imposible de predecir con antelación-, parece que alguno de los acontecimientos que hemos visto recientemente han dado la razón a nuestros particulares profetas.
A fecha de hoy, 7 de octubre, la moneda oficial en España sigue siendo el euro, Francia no da muestras de querer abandonar la Unión Europea (por el momento), China y Japón no se han declarado la guerra y los terribles actos terroristas que hemos tenido que lamentar, afortunadamente no han tenido el tamaño del recordado 11-S y la caída de las Torres Gemelas.
Unos cisnes no tan negros
Sin embargo, Brasil no está en bancarrota, pero su situación sigue siendo asfixiante, el panorama en Turquía después del fallido intento de golpe de estado es más delicado que nunca y Rusia… Solo Putin sabe realmente la situación de Rusia.
También hablábamos en nuestra particular lista de lo que podrían ser cisnes negros de una cosa llamada Brexit. Por aquel entonces la palabra Grexit se había hecho muy familiar para todos, pero intentar hacer el mismo juego de palabras para el Reino Unido sonaba bastante descabellado.
Al final, la Ley de Murphy y el analista de Estrategias de Mercado de IG, Daniel Pingarrón, estaban en lo cierto y todo lo que pudo salir mal salió mal. Tras la celebración de un referéndum, la opción de la salida se impuso por una pírrica cantidad de votos y ahora Londres trata de amaestrar al elefante que ellos mismos se han metido en la habitación.
Flash crash de la libra
Casi al final de aquel texto, el director de Kostarof.com, Juan Carlos Costa, proponía otro cisne negro: un gran movimiento brusco e impredecible del mercado provocado por las máquinas, similar al Flash Crash registrado en el mercado estadounidense en el año 2010.
Tras el desplome de la libra en escasos minutos esta madrugada durante la sesión a asiática, nos hemos vuelto a poner en contacto con Juan Carlos Costa para que nos ofrezca su visión de lo que el mismo proponía hace casi 10 meses.
Según explica, es probable que este no sea el único flash crash que veamos este año. Estos movimientos son obras de los algoritmos que controlan el mercado y detrás de las máquinas hay una persona. ¿Quién es el culpable, la máquina o la persona? Pues los dos:
“Por cada 10 algoritmos que los grandes de la inversión eliminan del mercado se crean otros 50 y la situación del mercado se complica porque no hay volumen suficiente para todos los algoritmos y entonces pasa lo que ha pasado esta noche con la libra.
Intencionadamente, un gran banco X decide liarla. Esperan a la madrugada de un día en el que China está cerrada por festivo y aprietan el botón. Destrozan el mercado, descapitalizan a muchísima gente y vuelta a empezar. Hoy ha sido con la libra pero esto pasará también con la renta variable”.
Próxima víctima, los índices estadounidenses
Según afirma, el hecho de que este flash crash se produzca en la libra poco tienen que ver con razones fundamentales. Para Costa, las últimas declaraciones del presidente de Francia, François Holland, sobre el Brexit han sido solo una excusa, pero no la causa del desplome de la libra.
Preguntado por instrumentos que pudieran ser víctimas de otros movimientos similares en el futuro, este experto me apunta directamente a EE.UU.
“En el S&P 500 y en el Dow Jones ya ha estado a punto de pasar en los últimos meses. Ahora, cuando hayamos dejado atrás las elecciones a la Presidencia del país pasarán sí o sí. Luego se echará la culpa a lo que sea, pero pasará otra vez”.