Los futuros del índice Dow Jones caen en las horas previas a la sesión americana del viernes, en medio de una alta incertidumbre que genera en los mercados una nueva sesión negativa en la Bolsa de China.
La situación, otra vez, encuentra ganadores y perdedores entre las divisas principales. Mientras el euro y el yen se muestran fuertes, sobre todo la divisa nipona, buscadas como activos de refugio, la libra esterlina se acerca a su mínimo de 2009, y el dólar australiano acaba de alcanzar un mínimo desde marzo de ese año. A su vez, el dólar canadiense quiebra por primera vez desde inicio de 2003 la zona de 1,45, y el peso mexicano llegó a 18,08, su valor más bajo desde 1993.
El panorama, de cara a la sesión americana, luce atractivo: el dólar no logra liderar el movimiento en forma pareja como suele suceder, y cada divisa "sigue su juego", en función de las situaciones antes dichas. Sin embargo, la agenda de datos del día incluye un dato relevante, la cifra de ventas minoristas en Estados Unidos, a las 8:30 del este, que puede darle movimiento a la moneda norteamericana en forma homogénea ante las divisas principales.
El dato, en principio, no favorece al dólar, aunque en los últimos tiempos los pronósticos sobre el mismo no han sido especialmente exactos, sino todo lo contrario, de modo que solo resta esperar su publicación.
El índice de inflación mayorista, que se conocerá a la misma hora, así como también el índice manufacturero de Nueva York y el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan completan el calendario, aunque no se esperan mayores movimientos respecto a los mismos.
Pero lo que realmente está en foco ahora es la Bolsa de Nueva York. Desde marzo de 2009, en el índice Dow Jones, se ha formado un canal alcista que apenas corrió peligro en agosto de 2015, cuando estalló la Bolsa de China. Desde allí se recuperó, aunque sin tocar los habituales máximos históricos que supo alcanzar prácticamente a diario durante 2014 y parte del año pasado.
La cota de 15.900 puntos aparece ahora como un soporte cuyo quiebre podría acelerar un derrumbe de la bolsa, con consecuencias inciertas. Y es algo que puede suceder a pocos días de la primera reunión de política monetaria del año por parte de la Fed. ¿Será un mensaje para el organismo para que no mueva tipos de interés ver que las acciones se despedazan? En pocos días lo sabremos.
En cuanto al petróleo, su nueva caída de la zona de 30 dólares augura nuevas bajas. Un movimiento que perjudica a los productores, pero beneficia a los importadores y consumidores. Entre los últimos, los estadounidenses, que parecen elegir asumir pérdidas en la producción de crudo pero mantener bajos los costos de energía. Claro que ello impacta en una baja inflación. Un verdadero juego de ajedrez cuyo desenlace llegará en los próximos meses.
Para finalizar el reporte de hoy, un recuerdo: hace un año, el Banco Nacional de Suiza despegó al franco del euro, que cotizó a 1,20/,1,25 desde septiembre de 2011 hasta el 15 de enero pasado.
La medida, inesperada, generó no solo una apreciación inmediata del 41% del franco ante el euro, sino un descalabro en los mercados y, sobre todo, una pérdida de confianza de los inversores en el mercado de divisas, que aún se siente: el franco perdió un 40% de volumen de operaciones desde entonces, y todo el sistema cayó más de un 8%.
También cayeron brokers, comprados a precio de remate por otros, firmas y operadores. Cabe esperar que algo así nunca vuelva a suceder.