Los analistas de todo el mundo pronostican un superciclo para los metales base, incluido el cobre. Estos pronosticadores creen que los precios del metal rojo continuarán repuntando a corto y medio plazo e incluso a muy largo plazo.
Incluso tras registrar nuevos máximos históricos, se espera que el cobre suba aún más a medida que las economías se sacuden las telarañas de las medidas de confinamiento provocadas por el coronavirus. El mundo se paralizó para tratar de restringir la propagación del virus que provocó el cierre económico más grave desde la Gran Depresión. Pero eso significa que hay mucho margen de crecimiento.
También hay otro factor que puede impulsar los precios a largo plazo, tal vez incluso durante décadas. Ésa es la nueva revolución industrial.
El clima social y político actual está impulsando la agenda ambiental para tratar de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y reparar parte del daño que hemos hecho al planeta. Eso significa una considerable reestructuración en todos los ámbitos de la industria y el comercio. Esto creará mucha demanda del metal industrial más importante del mundo: el cobre.
Pero en el corto plazo, creemos que el próximo informe de inflación de Estados Unidos podría ser el catalizador de un repunte y nuestro análisis técnico también apunta a un posible salto en el futuro cercano.
El metal ha estado operando dentro de un patrón de cuña descendente, una estructura triangular en la que ambas líneas de tendencia van en la misma dirección. En una cuña descendente, ambas líneas se dirigen hacia abajo, mientras que el límite superior cae más rápidamente que su homónimo inferior.
El impulsor psicológico de este patrón es que los vendedores que lo están impulsando pierden la paciencia cuando los compradores tienen suficiente poder para mantener los precios al alza. Cuando la línea inferior no coincide con las líneas superiores, niega a los vendedores en corto la posibilidad de unas ganancias más significativas.
Esto no logra que aquellos con participaciones de cobre vendan y luego los impulsores a la baja pierden su esperanza de un beneficio tan rápido como promete el límite superior. Por lo tanto, cubren sus posiciones cortas, lo que no solo reduce la presión de venta, sino que aumenta la compra, impulsando el precio más allá de la parte superior del patrón.
La tendencia del precio se ha movido dentro de un canal al alza desde febrero. La MMD 50 está tan perfectamente realineada con la parte inferior del canal que es difícil de distinguir. La MMD 100 se unió a la línea de tendencia alcista desde los mínimos de octubre, y la MMD 200 está subiendo hacia la línea de tendencia alcista desde el famoso fondo de marzo de 2020.
Si bien es cierto que la MMCD todavía está atrapada en un cruce bajista, tras tres semanas podría estar a punto de revertir su rumbo, ya que observamos que tanto el RSI como el ROC, dos indicadores de impulso calculados de manera diferente, han alcanzado su nivel de soporte, el lugar óptimo desde donde repuntar.
Estrategias de trading
Los traders conservadores deberían esperar hasta que la cuña se complete con un repunte alcista y realizar un movimiento de retorno que encuentre soporte por encima del patrón, antes de arriesgarse a posicionarse en largo.
Los traders moderados esperarán el misma repunte y posiblemente el retroceso para una mejor opción de entrada, si no para una confirmación adicional.
Los traders agresivos podrían esperar a una finalización o posicionarse ya, siempre que se refleje en un plan de trading coherente que se adapte a sus necesidades. A continuación tenemos un ejemplo:
Ejemplo de operación
Entrada: 4,5000
Orden de minimización de pérdidas: 4,4000
Riesgo: 0,1000
Objetivo: 4,8000
Recompensa: 0,3000
Relación riesgo-recompensa: 1:3