En este momento, las incongruencias del mercado están aumentando en lo que parece ser tres niveles:
1. El miércoles, tanto el S&P 500 como el NASDAQ Composite registraron máximos históricos, pero la demanda de bonos del Tesoro aumentó también. Eso es contradictorio. Los inversores tienden a huir de los bonos en tiempos de incertidumbre, lo que obviamente no debería ser el caso cuando las acciones, que son los clásicos activos de riesgo, están registrando máximos históricos.
2. La subida de los bonos del Tesoro impulsa la subida del dólar, una necesidad para los inversores globales que deseen comprar bonos de Estados Unidos. El fortalecimiento del dólar encarece los activos denominados en dólares, como el oro. Por lo tanto, el billete verde y el metal precioso normalmente se mueven de forma inversamente proporcional, lo que significa que cuando uno sube, el otro generalmente baja. La misma correlación suele existir entre las acciones y los bonos.
3. Cuando los inversores se sienten envalentonados, compran acciones. Cuando tienen miedo, recurren a los refugios seguros como el oro y los bonos del Tesoro. Pero en este momento las tres clases de activos están subiendo en tándem. Eso no debería pasar.
Sin embargo, el oro registra máximos de siete años hoy, incluso con el dólar en máximos de dos años y medio y los índices bursátiles de Estados Unidos cerca de —o ya en— sus propios máximos históricos.
¿Cómo es posible esta contradicción, que tanto los activos de riesgo como los seguros estén subiendo simultáneamente?
Podría ser que los mismos inversores estuvieran impulsando por los aires las acciones ante el carácter acomodaticio de la política monetaria del banco central, aunque no confíen en que el dinero barato vaya a durar y por lo tanto se protejan. O podríamos estar presenciando un desacuerdo de estrategia entre inversores; algunos van con todo a por las acciones, mientras que otros se mantienen firmes con los bonos y el oro.
Sea cual sea el caso, una cosa parece segura: los técnicos señalan que el oro está en condiciones de seguir subiendo.
El oro sube por séptimo día consecutivo, extendiendo la penetración de un repunte al alza a un banderín alcista, por encima de los máximos de 2019, lo que señala estos niveles como línea crucial dentro del equilibrio entre la oferta y la demanda.
El repunte al alza demuestra empíricamente que los compradores han absorbido toda la demanda disponible dentro del patrón y ahora se aventuran a terrenos más elevados, en busca de nuevos vendedores.
Tras haber alcanzado máximos de enero, junto con un repunte al alza que no se rinde ni tras un repunte de siete días, podríamos esperar un movimiento de retorno para volver a poner a prueba la integridad del patrón antes de que el metal precioso vuelva a máximos más altos.
Estrategias de trading
Los traders conservadores deberían esperar un movimiento de retorno completo, que rebote en la parte superior del patrón, demostrando que la mecánica del mercado está en el sitio correcto para reanudar la tendencia alcista subyacente, antes de comprometerse a posicionarse en largo.
Los traders moderados esperarían un retroceso para una mejor opción de entrada, no necesariamente hasta obtener ninguna prueba de los repuntes que están por venir.
Los traders agresivos podrían posicionarse en corto a contracorriente, confiando en un retroceso y en los máximos de enero como nivel de resistencia, arriesgándose a una pequeña orden de minimización de pérdidas, antes de incorporarse al mercado con una posición larga.
Ejemplo de operación agresiva
Entrada: 1.617 dólares
Orden de minimización de pérdidas: 1.618 dólares
Riesgo: 1 dólar
Objetivo: 1.600 dólares
Recompensa: 17 dólares
Relación riesgo-recompensa: 1:17