Ahora mismo, el mercado está enviando señales contradictorias. Mientras que tres de los cuatro principales índices de Estados Unidos —el S&P 500, el NASDAQ Composite y el Russell 2000— registraron nuevos máximos históricos el viernes y el Dow sigue a poco más del 3% de sus propios máximos históricos, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años podría haber tocado techo. ¿Podría ser esto una advertencia a los inversores del mercado de capital?
A la vez que las acciones registraban nuevos máximos históricos, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años ha cruzado por debajo de la línea de escote de la parte superior de un gran y complejo gráfico de cabeza y hombros, aumentando la probabilidad de un cambio de tendencia.
Las acciones y el rendimiento de los bonos están negativamente correlacionados. Cuando los inversores buscan crecimiento, compran acciones y venden bonos, bajando por tanto el precio de estos últimos, lo que amplía el diferencial entre precio y rendimiento, de manera que aumenta el rendimiento.
Por el contrario, cuando los inversores se vuelven cautelosos, huyen de las acciones y recurren a los bonos, haciendo subir los precios de los bonos. La subida del precio de los bonos estrecha el margen entre precio y rendimiento, haciendo que éste descienda.
La importancia del escote del gráfico de cabeza y hombros se demuestra al sobrepasarse simultáneamente el DMA 200 por primera vez desde que el precio cruzara por encima de esta MS hace 11 meses. La semana pasada, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cruzó por debajo de este escote, lo que significa que los participantes del mercado están más comprometidos con las posiciones largas en los bonos. Esto entra en conflicto con la confianza en los activos de riesgo observada en el entusiasmo del mercado bursátil la semana pasada.
Otra señal de advertencia nos llega a través del aplanamiento de la curva de rendimiento, que podría ser el preludio de una curva de rendimiento invertida. Esto sucede cuando el rendimiento a corto plazo es mayor que el rendimiento a largo plazo, lo que objetivamente no tiene sentido. Sin embargo, refleja las aciagas perspectivas de los inversores en cuanto al crecimiento económico a largo plazo.
Los analistas de mercado han estado debatiendo si las condiciones económicas actuales son únicas. Si este resulta ser el caso, significaría que el resultado habitual de una curva de rendimiento invertida, que es casi siempre uno de los principales indicadores de una inminente recesión, podría no darse. Esto podría cuadrar con un avejentado mercado alcista. Sin embargo, la Fed de San Francisco concluyó que la dinámica única de mercado no disminuye la validez de los indicios negativos de una reversión del rendimiento.
La actual dinámica intermercado está al filo de la navaja. Si el rendimiento de los bonos a 10 años sigue disminuyendo, situándose por debajo de 2,75, las acciones de Estados Unidos podrían no ser capaces de mantenerse en máximos históricos y seguir la estela del rendimiento a la baja.