En un contexto eminentemente complicado y muy delicado, los mercados siguen mirando a otro lado ajenos a toda realidad, ensimismados en su propio mundo, sin querer que nada ni nadie les perturbe de su idílico devenir.
El conflicto USA vs Corea del Norte, lejos de resolverse, avanza con pasos agigantados hacia algo realmente preocupante. Cuando dos personas, con un ego descomunal, se ensarzan en una continua batalla dialéctica y se amenazan veladamente con el uso de la fuerza militar, es para echarse a temblar, pero si además poseen armas nucleares, la cosa empeora sustancialmente.
En el tema del Brexit sucede algo similar, aunque sin armas militares. Reino Unido quiere irse pero conservando privilegios (una relación económica especial y a la carta con la Unión Europea, no pagar la enorme deuda que tiene contraída), y Europa no está dispuesta a que encima que rompe el proyecto de manera unilateral, imponga sus condiciones y deje un pufo económico descomunal a pagar por el resto de Estados Miembros.
El propio titular de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble ha tenido que salir a la palestra con un mensaje claro al respecto: “tras su salida, Reino Unido no debe tener ventajas que otros países no tienen, nada es gratis, que cumplan con sus obligaciones financieras pendientes con la UE”.
Lo curioso es que muchos inversores creen que el adelanto de las elecciones en Reino Unido para el 8 de junio es positivo, de ahí que la libra esterlina lo festeje estos días atrás. Consideran que la casi segura de May fortalecería su posición y que se alejaría la posibilidad de un hard Brexit o Brexit duro. Hombre, podría ser perfectamente lo contrario, pero bueno.
Y mientras, el dólar ha sufrido esta semana ante la falta de confianza en las rebajas fiscales que promete Trump y la convicción de que la FED no será tan firme en su propósito de subidas de tipos de interés, al menos no con la fuerza que había manifestado en su momento.
Sea como fuere, el selectivo español, el Ibex 35, cerró ayer viernes con una subida del 0,30% consolidando los 10.700 puntos y acumulando en la semana una revalorización del 3,20% mientras que en Wall Street el Nasdaq marcó estos días nuevos máximos históricos.
En un escenario como el actual, con todo lo sucedido y lo que queda por suceder (USA contra Corea del Norte, techo de gasto de USA, auge de los populismos, la crisis de los bancos italianos, elecciones en Francia, Alemania y seguramente en Italia, Brexit, victoria de Trump, atentados terroristas de ISIS), antaño los mercados se hubiesen desplomado literalmente y la volatilidad camparía a su aire por los parquets. Pero la madurez se impuso en los inversores, ya no es tan sencillo asustarles y que salgan en desbandadas de la renta variable. Pero otra cosa es ser totalmente inmunes a la realidad imperante y a los diversos riesgos que deberemos de afrontar.
Técnicamente hablando, ningún mercado europeo presenta aún síntoma alguno de debilidad o agotamiento, y si a ello le sumamos que dentro de 8 días, el domingo 7 de mayo, podríamos tener (es casi seguro) otra buena noticia con la victoria definitiva de Macron en Francia, pues la fiesta no tiene por qué terminar aún.
Un pequeño apunte adicional: el último sondeo indica que CDU/CSU de Angela Merkel obtendría el 37% de los votos frente al SPD que se haría con el 29%. Aunque más ajustado todo, pero parece que también en las elecciones alemanas se impondría el candidato más europeísta, al igual que en Francia. Dos buenas noticias para los mercados, al margen de la ideología política que tenga cada inversor.