Después de un comienzo prometedor en la semana, el dólar está de nuevo inmerso en una crisis ya que los inversores están reduciendo sus posiciones largas. Después de subir hasta un 0,75% durante la semana, el índice dólar revirtió las ganancias y volvió cerca de 92,80 en la mañana del viernes.
Hace un par de meses, todo se veía bien para el dólar, cuando la reforma fiscal de Trump finalmente comenzaba a avanzar, la Reserva Federal (Fed) empezaba a reducir su enorme balance e indicaba un alza de tipos en diciembre, mientras que los indicadores económicos estaban aproximadamente en línea con las esperanzas del mercado.
Sin embargo, parece que los inversores aún están decepcionados con respecto a la evolución de la reforma fiscal de Estados Unidos y el último lote de indicadores económicos. La agenda económica estuvo bastante ocupada esta semana. La primera revisión del PIB del tercer trimestre se tradujo en una corrección al alza en el 3,3% (intertrimestral anualizado).
La revisión a la baja en el consumo personal (2,3% contra el 2,2%) acabó con el entusiasmo. Aún en el lado positivo, las últimas cifras de inflación también estaban en línea. La medida favorita de la Fed de la inflación, el gasto de consumo personal núcleo, se mantuvo estable en el 1,4% interanual en octubre, mientras que la estimación general bajó hasta el 1,6% interanual desde el 1,7% del mes anterior.
En el aspecto político, la reforma fiscal de Estados Unidos enfrenta dificultades en el Senado. Incluso con una pequeña mayoría en la cámara alta, Trump está luchando para conseguir el número necesario de votos para aprobar la ley. Los inversores manifiestan su decepción mediante el recorte de sus posiciones largas en dólar.
En cuanto al posicionamiento de los especuladores, los datos reportados por la CFTC mostraron que las posiciones cortas no comerciales en billete verde han aumentado ligeramente en las últimas semanas. Más específicamente, los especuladores mantienen una postura alcista con respecto al EUR/USD.
También creemos que hay mucho espacio para una mayor apreciación del euro, especialmente frente al dólar. Los desarrollos económicos positivos junto con un “ajuste” de las condiciones de política monetaria estaban animando a los inversores a reasignar su capital al otro lado del Atlántico.