Quizá haya escuchado todavía poco o nada acerca de las llamadas criptodivisas o criptomonedas –pero cada vez escuchará más-, de las cuales, la más popular es aún el (Bitcoin). Esta moneda virtual no es una sino tres cosas a la vez: una divisa digital, un protocolo y un software, ligados para realizar transacciones punto a punto en todo el mundo, con bajos o nulos costos de procesamiento.
Esto es, que se puede hacer operaciones de una manera tan sencilla, como envío de remesas o un pago, desde su computadora o celular aquí mismo dentro de México, o hacia China, Europa, Estados Unidos, en fin, a cualquier parte del mundo de manera directa sin tener que pasar por costosos intermediarios como los bancos.
Usted manda bitcoins y al instante los recibe alguien más, una operación uno a uno a un costo insignificante.
Esta tecnología se basa en un avance tecnológico muy revolucionario llamado la cadena de bloques o ‘blockchain’, que es una red enorme de computadoras que confirman cada operación y la registran, como un eslabón inviolable que queda establecido para siempre.
En otro momento le hablaré más de esta cadena de bloques, pero le adelanto que es gracias a que es tan segura, que usted ya no tiene que recurrir al sistema financiero tradicional para mandar su dinero a otra persona. Los alcances que puede tener la ‘blockchain’ rebasan por mucho los de Bitcoin, y no por nada, los bancos centrales han visto en ella la oportunidad de ‘plagiar’ la idea para emplearla en el desarrollo de sus propias criptomonedas al servicio del sistema bancario, pero ese es otro tema al que ya nos hemos referido en este blog de Inteligencia Financiera Global.
Ahora, como Bitcoin y las demás criptmonedas son virtuales, debe usted comprarlas en alguno de los muchos mercados que existen de ellas alrededor del mundo, accesibles todas a través de Internet. La oferta y la demanda van determinando los precios de las criptomonedas a lo largo del tiempo, igual que por ejemplo el tipo de cambio peso- dólar.
A propósito de su precio, esto es lo que en las últimas semanas ha llamado la atención de muchos inversores. Y no es para menos. Veamos la gráfica del Bitcoin desde hace un año.
Hoy alcanzó ya un nuevo máximo histórico de 1,781 USD, pero desde su mínimo de este año en enero, se ha disparado más de 120 por ciento. Otras criptodivisas incluso se han disparado (y desplomado) mucho más agresivamente.
Sí, como puede ver, Bitcoin ha tenido fuertes alzas pero también caídas, lo que significa que los inversores pueden perder mucho dinero si invierten en estos momentos tan volátiles.
Hay casos por ejemplo como Ripple, criptodivisa cuyo precio esta semana se disparó el lunes 60 por ciento, para luego colapsar al mismo precio que tenía un día antes. Es por eso que este tipo de activos, que atraen mucho en especial a los inversionistas más jóvenes, deben ser tomados con mucha cautela.
Ya están encendidas varias señales de que se están inflando en una burbuja especulativa que sí, podría seguirse inflando a niveles insospechados, pero también estallar en cualquier momento. El índice VIX de volatilidad está en mínimos históricos, mientras el mercado de criptodivisas está que arde. Algo no marcha bien. Esta euforia terminará mal, como todas.
La recomendación inteligente es comprar un activo cuando está barato, no cuando está caro y el riesgo de desplome es mayor.
Es una pena pero, los inversores caen una y otra vez en la trampa de la codicia, y miran con más atención y ansían entrar a aquel mercado que hace nuevos máximos, y desprecian históricas oportunidades de compra en valor en activos como la plata, cuyo nivel de subvaluación a los precios de hoy, ¡es brutal!