La economía española prevé una nueva desaceleración económica para 2019. La retirada de estímulos por parte del BCE, sumado a las tensiones políticas que agitan la economía, castigan a España con reajustes, a la baja, de casi un punto porcentual para el nuevo año.
La economía española se desacelera. El crecimiento de la economía española se desacelera ante un contexto político, cada vez, más agitado y tenso. La inestabilidad presupuestaria y la falta de acuerdos, de la ejecutiva socialista, con el resto de formaciones políticas, así como con Bruselas, ha mermado las previsiones para el próximo año. El 2018 cierra con un crecimiento más moderado que el 3,1% que vimos en 2017, mientras que se espera una desaceleración de casi un punto porcentual para el 2019, situando el crecimiento en el 2,5%.
Como hemos dicho, nuevos reajustes que muestran el severo impacto que está teniendo el vertiginoso escenario político y los excesos gubernamentales. En los últimos meses, el Gobierno español se ha enfrentado a grandes problemas. En primer lugar, uno de los problemas más graves y que más estaba costando resolver por parte del consejo de ministros era el tema presupuestario. Para Bruselas, el déficit era un objetivo prioritario y, las propuestas presupuestarias españolas, no se ajustaban con lo exigido por la ejecutiva europea.
Por otro lado, y ligado al ámbito presupuestario, la deuda española crecía a cifras récord a final de año para el país. El objetivo de reducir la deuda no se estaba llevando a cabo, lo que, sumado a esta desaceleración económica, generó el pánico en los mercados, arrastrando al IBEX por debajo de los 8.500 puntos básicos. Los inversores mostraban una gran cautela ante las declaraciones del Presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, cuando anunciaba públicamente la retirada de estímulos -gradual- para el nuevo año.
La paralización en la compra de activos por parte del BCE, sumado, como hemos dicho, a una inminente desaceleración económica, generaba una serie de miedos en los inversores que, posteriormente, se están viendo reflejados en los mercados. Pese a las previsiones de muchos analistas, los cuales hablaban de que los mercados ya habían descontado esta serie de sucesos, ya hemos podido observar como el inversor, pese a las declaraciones, estaba siendo optimista y así se mostraba respecto al mayor índice bursátil del país.
Además, no debemos olvidar determinados sucesos que se daban, de manera simultánea, a nivel internacional. Pues a unos kilometros, en Reino Unido, el caótico Brexit seguía acechando a la economía europea; pues, hasta ahora, la salida de Reino Unido de la Unión Europea sigue siendo una de las mayores incertidumbres que presenta la economía y la política europea. Reino Unido sigue descabezado y sin un acuerdo con Europa que garantice los intereses del pueblo británico.
Como digo, y para concluir, la economía española se desacelera. Pese a que la economía, en un contexto generalizado y global, también prevé una desaceleración en el resto de elenco de economías desarrolladas, esta desaceleración a preocupado a unos inversores, que miran preocupados el cierre del año, así como el comienzo del próximo. Además, pese a los acuerdos presupuestarios con Bruselas, las tensiones que se viven en el escenario político internacional, siguen teniendo un gran impacto en el conjunto de economías, así como en el crecimiento económico global.