Cuando operamos en bolsa son muchos los factores que nos afectan a la hora de tomar una decisión. Y aunque tengamos muy claro qué es lo que tiene que ocurrir en el mercado para nosotros entrar o salir de una operación, a la hora de la verdad, el aspecto psicológico, es fundamental.
¿Te acuerdas de lo que sentiste en tu última operación? ¿Miedo? ¿Precipitación? ¿Ansiedad por cerrar la operación en cuanto va un poco a tu favor?
En nuestra operativa se repiten una serie de patrones. Si no sabemos localizarlos, no podremos sacar unas conclusiones correctas a la hora enfrentarnos al mercado, y no conoceremos si el que está fallando es nuestro sistema, somos nosotros, o ambos.
De ahí la importancia de un diario de trading que nos ayude a encontrar dichos patrones. Podremos así analizarlos para poder corregir los errores que estamos cometiendo, encontrar el foco del problema que no nos deja seguir adelante a la hora de analizar, y operar de una forma más adecuada a nuestra personalidad.
Y es que si no somos conscientes de su existencia... ¿Cómo vamos a cambiarlo? ¿Cómo vamos a mejorar en nuestra operativa o nuestra forma de hacer trading?
Ya no solamente hablamos de trading, si no de cualquier ámbito de la vida. Todos tenemos unas metas, sabemos cuáles son nuestros objetivos, y a dónde queremos llegar. Pero para ello, es básico llevar una hoja de ruta. Un diario donde veamos si dichos objetivos se cumplen, qué sensaciones tenemos mientras recorremos el camino, y qué factores tanto internos como externos nos afectan y modifican la ruta. Porque nos pueden hacer tomar un desvío para luego volver a encauzar la dirección correcta y poder llegar así a nuestro objetivo final.
Es por ello que se hace imprescindible, y más en el trading, ya seamos operadores intradiarios o inversores de medio-largo plazo, anotar cómo transcurre el día a día al andar ese camino.
La información que un diario puede contener es muy amplia. Por ello vamos a establecer una serie de pautas básicas que todo diario de trading debe contener:
Primera parte. Descripción de la operación. En este apartado anotaremos los aspectos básicos de las operaciones que vayamos realizando, especificando por ejemplo, el tamaño de la operación, la hora de entrada y salida de la misma, si obtenemos beneficio o pérdida, etc. Aunque sea muy básico, es de los más importantes, puesto que de él se nutrirá nuestro track-record y podremos ver si en el largo plazo nuestra estrategia es ganadora.
Segunda parte. Aspecto psicológico. Vamos a detallar nuestro comportamiento a la hora de enfrentarnos a cada una de las operaciones que realizamos. Lo que pensamos, lo que sentimos, el grado de confianza o no que tenemos al ejecutar la orden. En definitiva, una radiografía de nuestro estado mental y físico.
Tercera y última parte. Aspectos a mejorar. En este último apartado es fundamental aportar toda la información referente a lo que mejoraríamos de la operación que hemos realizado, si es que hay algo que mejorar. Qué podríamos haber hecho mejor, da igual si la operación es positiva o negativa, si consideramos que hay algo que deberíamos cambiar, lo anotaremos.
Estas son una serie de pautas que, en mi opinión, todo diario de trading debería contener. Pero aquí, al igual que cuando éramos pequeños, cada uno redacta su diario a su manera. La clave es adaptar el formato a vuestras necesidades y a vuestro estilo de trading, recordad que nos estamos conociendo a nosotros mismos, así que habrá que moldearlo a nuestra personalidad.
Espero haberos concienciado de la importancia de llevar un diario de trading, porque como escribió Ana Frank en sus diarios:
“Lo que se hace no se puede deshacer, pero se puede prevenir que vuelva a ocurrir”