La Comisión Europea se encuentra reunida, tratando de encajar una serie de controvertidas demandas del Reino Unido para evitar que se produzca el temido “Brexit”, y ni aún así es seguro que lo consiga. En junio tendrá lugar un referéndum decisivo y la libra estará sujeta a fuertes turbulencias en el camino.
La Unión Europea y Gran Bretaña se enfrentan a un reto de consecuencias imprevisibles. Cameron se ha comprometido a conseguir que la UE apruebe una serie de medidas que, en algunos casos chocan con sus propios fundamentos, como por ejemplo la de retirar el derecho a algunas coberturas sociales a inmigrantes de la UE.
Lo peor es que, aún en el caso de que todas sus peticiones fueran satisfechas, no está claro que esto contentaría a una población británica cuya desafección con una UE que perciben como extraña y excesivamente intervencionista ha crecido exponencialmente en los últimos años. Un informe reciente de YouGov muestra un 48% a favor de abandonar la UE y un 38% de apoyo a permanecer en la Unión, con esta última opinión en claro retroceso. Va a estar muy reñido.
La incertidumbre afectará a la libra
Los ciudadanos británicos tienen razones para celebrar una vieja demanda: que se les consulte sobre su opinión sobre la Unión Europea. Los inversores, sin embargo tienen otros intereses y es muy posible que la incertidumbre política y económica creciente a medida que se acerque el referéndum les espante.
Para hacernos una idea, en los diez días anteriores a la celebración del referéndum de la independencia escocesa, la libra perdió un 4% contra el dólar. Esta vez puede ser mucho peor, la economía británica se enfrenta a una situación sin precedentes –nadie hasta ahora ha abandonado la UE- y por tanto, la incertidumbre que rodea a un acontecimiento de esta magnitud es enorme.
Los inversores no van a arriesgarse a conocer las consecuencias de primera mano. Es más que probable que se produzca una cierta huida de capitales cuando los inversores vendan sus activos en libras buscando lugares más seguros donde poner su dinero. Esto provocará una alta volatilidad en la libra. Sin contar la posibilidad de que especuladores apuesten en contra aprovechándose de la debilidad de la divisa para obtener beneficios, lo que podría desencadenar algo similar al “Black Wednesday de 1992” que obligó al gobierno británico a sacar a la libra del Mecanismo Europeo de Cambio.
En momentos como estos las primeras víctimas serán las empresas internacionales que tienen exposición al tipo de cambio euro - libra pues pueden ver sus márgenes de beneficios evaporarse por las fluctuaciones de tipo de cambio. Nuestra recomendación es que aseguren una estrategia de cobertura eficaz con una empresa experta y de confianza. Se acerca una fuerte tormenta.