El nuevo presidente español está mostrando “plenty of gusto”. A lo largo del día está previsto que anuncie un paquete de medidas de reforma laboral que están orientadas a revisar las arcaicas leyes laborales. Las medidas esperadas en dicho paquete incluyen un reducción de los impuestos asociados a los salarios para compañías en dificultades e incentivos para emplear a trabajadores a tiempo parcial.
Un gran impedimento para los empleadores en España ha sido el extraordinario coste de las indemnizaciones por despido, para contratos indefinidos algunas empresas deben abonar hasta 45 días por año trabajado. Como resultado, las empresas han reducido ese tipo de contraltos significativamente, favoreciendo los contratos temporales.
Rajoy reconoce que necesita afrontar el problema crónico del desempleo- el dato más reciente de desempleo situaba la tasa en el 23%, la más alta de Europa ( incluso por encima de Grecia). El paro juvenil es virtualmente del 50%. Del mismo modo, es plenamente consciente que dichas medidas pudieran provocar una huelga nacional.
Aunque controvertido, el momentum para el cambio en las prácticas laborales españolas está definitivamente en marcha. El mes pasado, sindicatos y patronal accedieron a retirar la indexación de los salaries con el IPC para los tres próximos años.
Llevará un tiempo largo y será doloroso pero España se está situando en el camino correcto.