La plataforma de servicios financieros Robinhood Markets (NASDAQ:HOOD), conocida por su popularidad entre los inversores minoristas, está resultando ser una de las peores salidas a bolsa de entre las empresas de alto perfil desde el inicio de la pandemia.
La empresa de corretaje minorista se ha desplomado un 67% desde su oferta pública de venta de julio, cuando salió a bolsa en 38 dólares. También ha caído un 83% desde los máximos históricos registrados en 70,30 dólares a principios de agosto. Las acciones cerraron el viernes en 12,39 dólares.
Las estadísticas anteriores hacen que las acciones sean unas de las de peor rendimiento de entre las empresas que recaudaron 2.000 millones de dólares o más en las bolsas mundiales desde principios de 2020. La capitalización de mercado de Robinhood asciende actualmente a apenas 10.350 millones de dólares.
La aplicación de comercio de acciones con sede en Menlo Park, California, se hizo enormemente popular entre los inversores minoristas que compraban y vendían acciones memes y criptomonedas, después de que el estallido de la pandemia del COVID-19 obligara a los gobiernos a liberar billones de dólares en asistencia en efectivo para desempleados y empresas en dificultades.
Pero ese dinero se ha agotado con la reactivación económica total de muchos países, poniendo fin a los estímulos fiscales y monetarios. La Reserva Federal de Estados Unidos ha comenzado a subir los tipos de interés este mes y se prevén nuevas subidas. Este ajuste del banco central ha afectado sobre todo a las acciones de crecimiento no rentables, como las de Robinhood.
Tras la venta masiva, Robinhood, que antes era una empresa de alto rendimiento, está valorada en múltiplos más bajos en comparación con sus rivales más maduros. Por ejemplo, Robinhood cotiza a poco más de 6 veces los ingresos previstos para 2022, por debajo de sus principales rivales como Charles Schwab (NYSE:SCHW), por ejemplo, cuyas acciones cotizan a unas 23 veces los beneficios a un año vista, o Interactive Brokers, que cotiza a unas 19 veces los ingresos previstos.
En el entorno actual, con muchos riesgos macroeconómicos y geopolíticos al acecho, es difícil imaginar la recuperación de la actividad minorista que podría alimentar el tipo de crecimiento de suscriptores que ha experimentado la empresa los últimos dos años.
Pérdidas crecientes
El último informe de resultados de la empresa de tecnología financiera o fintech con sede en Menlo Park, California, mostró pérdidas que superaron las expectativas de los analistas. La pérdida neta fue más pronunciada de lo previsto, los usuarios activos mensuales descendieron cerca de un 8% con respecto al trimestre anterior y los ingresos medios por usuario se desplomaron.
Robinhood dijo también que cree que los gastos operativos, que se dispararon en 2021, aumentarán entre un 15% y un 20% en 2022, excluyendo los costes de compensación. Al mismo tiempo, la cantidad de dinero que Robinhood recauda de los usuarios está descendiendo: los ingresos medios por usuario se han reducido un 39% hasta 64 dólares anualizados en el cuarto trimestre, impulsados por un menor volumen de operaciones por usuario con opciones y acciones.
Si la actividad de operaciones del sector minorista sigue siendo escasa, el otro camino que podría aportar algo de valor es transformar Robinhood en una empresa que ofrezca algo más que operaciones con acciones, opciones y criptomonedas. De hecho, parece que Robinhood está avanzando en esa dirección.
La compañía, que cuenta con más de 22,7 millones de usuarios, lanzó la semana pasada una nueva tarjeta de débito que permitirá a los usuarios invertir su calderilla. A través de la nueva tarjeta de débito, los usuarios podrán redondear su cambio a dólar e invertir el resultado en los activos que prefieran.
Robinhood también ofrecerá a los clientes la opción de recibir sus cheques de pago hasta con dos días de antelación a través de un depósito directo, una función que también ofrece el gigante de los pagos digitales PayPal (NASDAQ:PYPL) Holdings.
Los usuarios también podrán elegir invertir automáticamente una parte de sus nóminas, dice Robinhood. La compañía también ha señalado que estas nuevas funciones serán gratuitas.
Los analistas de Wall Street, sin embargo, tienen opiniones encontradas sobre las nuevas iniciativas, aunque su tono es cautelosamente optimista.
En una nota de la semana pasada, JMP reiteraba que Robinhood es un mercado de rendimiento superior, y añadía que es alcista en las nuevas ofertas de productos. La nota decía:
"Robinhood ha anunciado el lanzamiento de una nueva tarjeta de débito que sustituirá a su actual producto de gestión de efectivo... En resumen, somos optimistas sobre esta oportunidad para Robinhood y nos anima ver que la oferta se despliega en la fecha prevista".
Goldman Sachs (NYSE:GS) ha reiterado su calificación de neutral para las acciones de Robinhood, alegando que podrían ir camino de una revalorización.
"Con las acciones cotizando a sólo 4x los ingresos previstos para 2023, creemos que al mercado le preocupa la capacidad de Robinhood para hacer crecer el negocio y escalar hacia la rentabilidad. Por lo tanto, creemos que las acciones podrían ir camino de una revalorización en algún momento si Robinhood consigue traducir el impulso de sus nuevos productos en un retorno al crecimiento de los ingresos y los usuarios, y mejorar así la línea de visión para alcanzar la rentabilidad".
Conclusión
Las acciones de Robinhood son ciertamente baratas si se comparan con el frenesí de las acciones meme del verano pasado, que propició un potente repunte de las acciones. Aunque es difícil creer que ese nivel de actividad vaya a volver a darse a corto plazo, la plataforma sigue teniendo un enorme atractivo entre los inversores minoristas y su valoración actual parece atractiva para una participación a largo plazo, especialmente si se convierte en objetivo de adquisición.