EL PRIMER día de la semana pasada quedará en la historia como el “lunes negro” por el desplome que sufrieron las bolsas en el mundo, salvándose sólo la de los Estados Unidos por el feriado de ese día en recordación de Martín Luther King. Sin embargo, al siguiente la FED sorprendió a todos con un recorte de emergencia en su tasa de interés de nada menos que del 0,75%, dejándola en el 3,50%, y finalmente el Congreso aprobó el jueves el plan fiscal presentado por Bush para impulsar la economía y otro para salvar a las aseguradoras de bonos. Entonces, el panorama cambió. Las bolsas subieron y ahora volvieron los “carry trades” y por eso el yen se derrumbó. Esta semana toda la atención estará puesta en lo que decida la FED en su reunión del miércoles, porque las apuestas son de una nueva rebaja en el costo del dinero entre 0,25% y 0,50%, descartándose una acción similar por parte del BCE. Los próximos datos sobre venta de viviendas, bienes duraderos y confianza del consumidor serán claves.
Panorama argentino
El mercado de cambios se caracterizó la semana pasada por la gran volatilidad que sufrieron los valores de las divisas en el mundo, ante el miedo y la incertidumbre motivados por la crisis y las enormes pérdidas que están mostrando las entidades financieras en general, incluidas las de mayor prestigio. Al cabo de las cinco últimas jornadas las monedas de los principales países se negociaron tocando mínimos y máximos entre 2,5% y 4,1% (el euro 2,9% y el real 3,8%) frente al dólar, mientras que el peso argentino en ese período sólo osciló un 0,6%, gracias a la permanente acción del BCRA en el mercado. De esta manera, la Argentina permanece totalmente aislada del mundo civilizado y se convierte en un competidor desleal para con sus compradores y vendedores en el comercio internacional de bienes y servicios. Veamos. El viernes 11 de enero, con la venia del BCRA, el tipo de cambio peso/dólar cerró a $ 3,1280, que fue el mínimo del mes y –dijimos- podría ser también del año. A partir del lunes 14 el ente monetario actuó prolijamente, todos los días siguientes, para levantar la cotización levemente hasta llegar el último miércoles 23 a fijar el cierre en $ 3,1580, que pareció ser el nuevo techo para el tipo de cambio. El jueves y viernes, finalmente, y cediendo a una enorme oferta de dólares por parte de los grandes exportadores y de los propios bancos, deshaciendo posiciones, tuvo que intervenir agresivamente para evitar una rápida e indeseada apreciación de nuestro signo monetario. Y por su puesto, también esta vez lo hizo intempestivamente y sin tener en cuenta las más elementales reglas del juego que todos conocen y respetan en los mercados. La fuerte oferta de hoy tiene su origen, además de basarse en necesidades propias de los que venden, en que la acción del BCRA en los días recientes mostró su clara intención de bajar el valor del dólar y por eso los que venden se apuran y los que tienen que comprar esperan para hacerlo. Esto es lógico y razonable y nadie tiene que sentirse ofendido por ello. Los volúmenes operados entre entidades bancarias y cambiarias aumentaron la semana pasada un 7%, sumando USD 2.430 millones, con un promedio diario de USD 486 millones. Por su parte, el BCRA sumó a sus reservas USD 371 millones.
Panorama internacional
La semana pasada se inició en el peor de los escenarios, con un verdadero desplome de las bolsas en el mundo, mientras que en los Estados Unidos no había actividad por el feriado en recordación de Martín Luther King. La crisis se generalizaba por los temores de que la primera potencia del mundo entrara en recesión, afectando a la economía global, a pesar del plan anunciado por el presidente Bush. Al mismo tiempo la divisa estadounidense se revaluaba frente al euro hasta un máximo de 1,4366 por unidad, al convertirse nuevamente en refugio para muchos, además de verse impulsada por la repatriación de capitales. Finalmente, el martes la Federal Reserve sorprendió con una rebaja de su tasa de 0,75%, dejándola en el 3,50%, para estimular la actividad económica, y entonces cambió el sentimiento en los mercados, aunque no lo suficiente como para revertir las tendencias negativas. El miércoles, en medio de una fuerte volatilidad, el euro mantenía se debilidad frente al dólar, marcando ese día un mínimo de 1,4509 por unidad, por la publicación de indicadores poco alentadores sobre las perspectivas de crecimiento en la eurozona, aumentando las posibilidades de que el BCE también se vea obligado a rebajar sus tasas de interés. Mientras, el yen siguió fortaleciéndose tras la interrupción de los carry trades hasta un máximo de 105,14 por dólar. El jueves el euro se recuperaba ante el dólar, cotizando un máximo intradiario de 1,4779 por unidad, después de que Axel Weber, presidente del Bundesbank alemán, se manifestara optimista sobre la futuro de la economía en la eurozona, derrumbando las expectativas de una posible rebaja de las tasas de interés en el corto plazo. El viernes el mercado operó con cierta estabilidad, con el dólar recuperándose, mientras los operadores esperan expectantes el resultado de la reunión de la Fed el miércoles. Al final de la última jornada en el mercado de New York el euro cotizaba a 1,4684 dólares por unidad.
Promedios | Euro | Libra | Yen | Fr. Suizo | Cr. Sueca | Real brasileño | Peso Arg. |
Máximo | 1,4366 | 1,9336 | 107,83 | 1,1121 | 6,6475 | 1,8383 | 3,1640 |
Mínimo | 1,4779 | 1,9849 | 105,14 | 1,0846 | 6,3848 | 1,7705 | 3,1445 |
Diferencia | 2,9% | 2,7% | 2,6% | 2,5% | 4,1% | 3,8% | 0,6% |
Promedio | 1,4607 | 1,9580 | 106,48 | 1,0977 | 6,4768 | 1,8039 | 3,1542 |