Empezó la cuenta regresiva para el postconflicto, según el Gobierno Nacional colombiano, y la “casa aún no está en orden” para asumir el precio del acuerdo de paz con las FARC. Las condiciones económicas no están dadas.
Si hay algo en lo que coinciden el Banco de la República de Colombia, el Ministerio de Hacienda y los analistas económicos, es que 2016 será un año difícil para el país. Se planea el inicio de una nueva etapa con el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, pero los escenarios de violencia no cesan y se empieza observar que el posconflicto será un proceso que tomará muchos años y necesita dinero para garantizar mejores condiciones a los hombres y mujeres reclutadas en este grupo y para firmar la paz con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, las Bandas Criminales, BACRIM y la delincuencia común que tanto daño hace en el campo y las ciudades.
Al ver el presupuesto, las cuentas no dan. El déficit fiscal del país es de casi $30 billones (pesos colombianos) por cuenta de la caída en exportaciones del petróleo, como consecuencia de la baja en su precio internacional por debajo de 30 dólares estadounidenses por estos días. Colombia hoy es un caso de Enfermedad Holandesa y de incertidumbre.
El gobierno viene trabajando en Reformas estructurales que ante los ojos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) deben hacerse este año para recuperar sus pérdidas; pero desde la óptica de los colombianos, perjudiciales para su bolsillo. En resumen, estos son los cinco temas económicos de Colombia en 2016:
1.- Poner a producir el campo
“La paz debe ser sostenible y duradera”, es una frase de los dirigentes gremiales que apoyan el proceso, pero que son enfáticos en que el precio de la paz es alto, sobre todo en zonas rurales que han sido las víctimas históricas del conflicto.
Y es que el 30% de la población nacional, alrededor de 14 millones de personas, viven en el campo con pocas posibilidades de ver oportunidades de crecimiento y permanencia en las mismas. El abandono ha sido absoluto y su recuperación en 20 años, costará más de $195,5 billones, según la Misión para la transformación del campo. Lo anterior indica que para recuperar el campo, dinamizar la economía desde el sector agrícola y pecuario, será necesaria una visión a largo plazo, que contemple y estimule la inversión de pequeños, mediamos y grandes empresarios, con una institucionalidad que sea sólida y genere políticas de desarrollo. No se trata de gestionar programas en el corto plazo o mientras esté el gobierno de turno.
2.- Encontrar salidas eficientes al efecto inflacionario
Superando el rango planteado por el Banco de la República, que era 2% a 4%, en los últimos 12 meses Colombia acumula una inflación histórica de 7,45% sin control alguno de los altos ponderadores: vivienda, alimentos y transporte.
El Emisor, con el ánimo de contrarrestar el efecto que se ha generado por la disminución en la oferta de alimentos, producto del fenómeno de El Niño y la falta de agua, además de la devaluación del peso colombiano; ha planteado una elevación de las Tasas de Referencia “para generar un control del consumo”, siendo esta una salida que no es sostenible para una economía que necesita estimular el crédito y la inversión.
3.- Sustituir importaciones y exportar
Colombia podría declararse como un país dependiente a las importaciones. En alimentos, uno de los más altos ponderadores de la inflación, se importaron más de 11 millones de toneladas a una tasa de cambio casi dos veces más alta de la que se pagaba en 2013. Siendo el país una de los siete que podría ser la despensa mundial de alimentos, según la FAO, es prácticamente ilógico que suba el volumen de esta forma -el más alto en nueve años- cuando aquí se podría sembrar.
El problema: por un lado, falta acceso a bienes públicos, seguridad jurídica, reglas de comercialización claras y una institucionalidad rural responsable. Por tal razón, un fenómeno de El Niño intenso, es suficiente para acabar con la producción nacional de alimentos y de insumos para alimentos como el maíz para la avicultura y la porcicultura.
La solución: dar vía a la inversión en sectores como el agropecuario para ampliar su canasta exportadora. Hay que estimular al empresario que está en territorio nacional para que agregue valor a sus productos, no se vaya a otros países y crea en Colombia.
4.- Reforma tributaria
Para recuperar a la economía colombiana del hueco fiscal, el gobierno reunió a una Comisión de Expertos para plantear reformas en rentas e impuestos que pesarán en el bolsillo de los colombianos.
Es cierto que frente a los países de la OCDE, Organización de la cual Colombia quiere ser miembro, los impuestos que actualmente se pagan están por debajo del promedio; sin embargo se debe tener en cuenta este no es el mejor año para aumentar los tributos y menos para imponer nuevas condiciones sobre personas naturales.
Este panorama está generando incertidumbre en todos los sectores de la economía y hay total expectativa.
5.- Dinamizar la inversión
Un pico de inversión importante en el país fue el de 2012 cuando hubo bonanza de petróleo. Ahora, este renglón ha caído y aunque hay muchos interesados en el país para invertir en el sector de servicios, por ejemplo, las inversiones están congeladas hasta un posible acuerdo de paz.
Otro indicador de inversión es el crédito. Si bien se está en un periodo de diversificar la economía para que más sean los que “pongan sus ojos en el país”, el sector agro es uno de los más rezagados. Las colocaciones han caído a niveles históricos y con tendencia a seguir el mismo comportamiento, como consecuencia del incremento en la tasa de referencia del Banco de la República.
Es necesario que aterricen más inversionistas en Colombia. Para esto el gobierno debe mostrar interés de trabajar de la mano con el sector privado, la academia, los centros de investigación y pensamiento; y tomar las decisiones más acertadas en una situación de incertidumbre.