Los metales industriales, con excepción del níquel, acumulan descensos en lo que va de año, ante el riesgo de que las guerras comerciales se sumen al nerviosismo existente sobre las perspectivas de crecimiento y demanda a corto y medio plazo en China. Esto, junto a la transición de China de una economía vieja a una nueva y menos intensiva en materias primas podría hacer mella en la demanda.
El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la semana pasada de que planea aplicar aranceles sobre la importación de aluminio y acero ha elevado el riesgo de una guerra comercial. Es probable que el crecimiento mundial se vea negativamente afectado en dicho escenario y en todos los diferentes sectores de materias primas, siendo el más afectado el de metales industriales.
El PMI manufacturero de China comenzó su actual desaceleración durante el cuarto trimestre del pasado año y en respuesta a esto, hemos visto a los gestores recortar las apuestas alcistas sobre el cobre en dos tercios desde el récord alcanzado en septiembre pasado.
Los inventarios de cobre han subido al nivel más alto desde 2013 con una recuperación tras las vacaciones del año nuevo chino que hasta ahora no ha emergido. Los amplios suministros de cobre han provocado descuentos en el comercio en efectivo de LME Copper (contango) a tres meses.
El fuerte aumento del cobre desde el mínimo de 2016 ha estado perdiendo fuerza durante los últimos meses con el precio luchando por romper la resistencia a 3,30 dólares, el retroceso del 50% de la venta masiva de 2011 a 2016. Por ahora, el precio se mantiene estancado en un rango con soporte justo por debajo de 3 dólares.
Es muy probable que el mercado continúe adoptando un enfoque de esperar y ver mientras esperamos la respuesta de los países afectados negativamente por los aranceles de Trump sobre las importaciones de aluminio y acero.
El lado de la oferta aún puede brindar cierto apoyo en caso de que las negociaciones salariales clave en Perú y Chile en los próximos meses no den resultado.
Los fundamentos de la superación de la demanda y una potencial guerra comercial han dejado el riesgo a corto plazo sesgado a la baja con un soporte clave justo por debajo de los 3 dólares.
Terminaré con una nota más positiva al citar a Glencore (LON:GLEN), que en su perspectiva a más largo plazo dice: "se espera que se produzca un déficit estructural a principios de la década de 2020, punto en el que vemos un alza sostenida de los precios".