En una nueva sesión de escasa actividad, propia del mes de agosto, los principales índices bursátiles europeos cerraron AYER en su mayoría con ligeros repuntes, con el Ibex-35 y el FTSE Mib italiano desmarcándose de esta tendencia, terminando el día con significativos descensos. Cabe recordar que en ambos índices el peso relativo del sector bancario es elevado y este sector fue uno de los que, junto con el del ocio y turismo, peor se comportó durante la jornada. En sentido contrario, el de materias primas, apoyado en la debilidad del dólar, que siempre favorece el comportamiento del precio de estos productos, y los sectores de la tecnología y de la sanidad fueron los que mejor lo hicieron, en un día en el que, a falta de otras referencias, las noticias sobre el incremento de los rebrotes del Covid-19 por toda Europa pesaron en el ánimo de los inversores.
En este sentido, cabe destacar que en países como España, Italia y Francia las autoridades están dando marcha atrás en algunas de las medidas de reapertura de la economía, mientras que cada vez más países de la región están imponiendo cuarentenas a los viajeros que llegan de países en los que los infectados por el coronavirus de origen chino están repuntando. Así, AYER se supo que el Reino Unido está barajando la posibilidad de incluir a Grecia, Turquía y Croacia en su “lista negra” de países, obligando a las personas procedentes de estos destinos a guardar una cuarentena de 14 días. Recientemente fue incluida en la lista Francia, país que ha amenazado con adoptar la misma medida para los viajeros que lleguen procedentes del Reino Unido. Todas estas noticias son negativas para la recuperación económica de la región, especialmente para el sector del turismo, que atraviesa por una crisis sin precedentes, algo que se refleja en el comportamiento en bolsa de los valores pertenecientes al mismo, especialmente de las compañías hoteleras, de las de reservas de viajes y hoteles, y de las aerolíneas. A pesar de que las valoraciones puedan parecer atractivas, por el momento, y hasta que no haya una mayor visibilidad sobre el desarrollo de esta aparente nueva ola del coronavirus en Europa, nos mantendríamos al margen de estos valores.
En Wall Street la sesión fue muy similar, con los principales índices cerrando de forma mixta, con el Dow Jones ligeramente en negativo, lastrado por los valores del sector financiero, por los de la energía y por los industriales, es decir, por los de carácter más cíclico, mientras que tanto el S&P 500, que se quedó a las puertas de superar su máximo histórico alcanzado el pasado 19 de febrero, y el Nasdaq Composite, que logró sus trigésimo tercer récord histórico del año, cerraron la jornada con ganancias, impulsados por los valores del sector de consumo discrecional, por los tecnológicos y por los de la sanidad. Cabe destacar la publicación del índice de confianza del sector de la promoción residencial, que elabora la Asociación Nacional de Promotores de Viviendas (The National Association of Home Builders; NAHB), que se situó en su lectura del mes de agosto en el nivel más alto de su historia -ver sección de Economía y Mercados-. El sector residencial, del que HOY tendremos más noticas con la publicación de los datos de viviendas iniciadas y de permisos de construcción de julio, es parte importante de la economía estadounidense, por lo que son buenas noticias el hecho de que se esté recuperando con tanta fuerza, apoyado en los bajos tipos de interés y en una fuerte demanda, impulsada ésta última por una nueva tendencia que, como consecuencia de la crisis sanitaria, está animando a los estadounidenses a dejar el centro de las ciudades para moverse a los suburbios e, incluso, a zonas rurales.
HOY, en principio, esperamos una nueva sesión de transición en las bolsas europeas, que abrirán básicamente planas y sin tendencia definida, en una jornada en la que la actividad en los mercados de valores volverá a ser reducida. La falta de referencias de calado, con una agenda macro muy limitada -ver cuadro adjunto-, hace que la atención de los inversores se centre en la evolución de la pandemia en los países desarrollados y en el potencial impacto negativo de los rebrotes del virus en la recuperación económica. En este ambiente lo normal sería que los valores de corte más defensivo y los tecnológicos, que hasta ahora han sido los grandes “beneficiados” de esta crisis, continúen comportándose mejor con relación a los valores de corte más cíclico.