La caída de las acciones de FedEx (NYSE:FDX) se está acelerando. Registraron mínimos de tres años ayer tras conocerse que China está investigando a la mayor empresa de transporte de paquetes por algunos envíos "indebidos".
Según un informe del Wall Street Journal de ayer, una serie de cambios en los protocolos internos de FedEx para cumplir con la prohibición de Huawei Technologies Inc. impuesta por la Administración Trump provocaron que el gigante de la mensajería desviara el rumbo de dos de los paquetes de la empresa a Estados Unidos. China dijo durante el fin de semana que iba a elaborar una lista de "entidades no fiables" que perjudican a los intereses de las empresas locales, una medida que podría poner en riesgo los negocios de FedEx en China si la disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo se intensifica aún más.
Con FedEx atrapada en esta pelea comercial, la visión de Wall Street de sus acciones se ha vuelto más bajista. Thomas Wadewitz, analista de UBS (SIX:UBSG), rebajó el objetivo de precio de las acciones hasta 136 dólares, la cota más baja de entre los 27 analistas encuestados por FactSet (NYSE:FDS). Se estima que los ingresos de FedEx procedentes de negocios relacionados con China ascienden a 4.500 millones de dólares, o el 6% de las ventas totales.
Las acciones de FedEx descendieron ayer un 1,3% y cerraron en 152,34 dólares, haciéndolo descender hasta su cota más baja desde julio de 2016.
La venta masiva se produce tras una racha bajista de cuatro semanas en que las acciones descendieron un 18% a lo largo de la jornada del viernes. Por otra parte, las acciones de su rival United Parcel Service Inc. (NYSE:UPS) se dejaron un 13% durante el mismo período, mientras que el Promedio de Transportes Dow Jones descendía un 11%.
FedEx está luchando en muchos frentes
Aunque el comercio internacional en general —y la amenaza de China en particular— es el último catalizador negativo que presiona a FedEx, la empresa se enfrenta además a una multitud de otros problemas. El transportista de paquetes ha estado luchando en muchos frentes incluso antes de este último revés.
El debilitamiento de la demanda global, especialmente en Europa donde FedEx estaba apostando fuerte tras su adquisición en 2016 de la empresa holandesa de entrega de paquetes TNT Express (OTC:TNTEF), y los problemas de crecimiento del comercio electrónico están entre las cuestiones claves que debilitan su crecimiento.
En marzo, FedEx publicó unos decepcionantes resultados del tercer trimestre fiscal, rebajando sus previsiones de inflación para todo el año por segunda vez en tres meses. La compañía espera ahora un aumento de ventas de 4.500 millones de dólares para el año fiscal que concluía en mayo. Eso supondría una drástica caída con respecto a sus pronósticos anteriores que hablaban de 6.000 millones de dólares. El beneficio ajustado para el año fiscal será de 15,10-15,90 dólares por acción, por debajo de las previsiones anteriores que apuntaban a 15,50-16,60 dólares.
La adquisición de TNT en 2016 sigue siendo mayormente un trabajo en curso pues no ha podido mostrar el valor que los inversores esperaban observar. FedEx dijo en marzo que los costes de integración de la adquisición seguramente superen los 1.500 millones de dólares hasta el año fiscal 2021, con la posibilidad de seguir subiendo. Los desafíos de esta integración y la ralentización de la economía europea han planteado dudas sobre los beneficios del acuerdo con TNT, y algunos analistas cuestionan si la adquisición de esta gran empresa es del todo sensata.
En conclusión
Como habíamos recomendado en nuestro artículo sobre FedEx de diciembre, los inversores deberían alejarse de las acciones cíclicas vinculadas al crecimiento económico global. FedEx es un indicador macroeconómico y, por desgracia, se ha quedado atrapado en el fuego cruzado de la creciente guerra comercial. Los inversores no deberían dejarse tentar por la fuerte caída de las acciones este año ya que, en nuestra opinión, este hechizo bajista no ha terminado. Los inversores deberían esquivar esa bala.