Sabemos que la problemática de las PyMEs clásica es la evolución de los altos costos laborales, la presión impositiva y ahora se suman las Lebacs al 37,5% que generan a las mismas una menor posibilidad de acceder al crédito.
Las PyMEs están pasando por un momento bastante complejo dado el escenario económico en el que estamos porque la marcha sobre el plano inclinado es difícil. El viento de la inflación que eleva los costos y achica la rentabilidad sigue soplando contra la pequeña y mediana empresa. La mochila impositiva se torna cada vez más pesada, y los consumidores, van perdiendo el aliento por el recorte de su poder adquisitivo.
La devaluación, la eliminación o baja de retenciones y la suba de tasas de interés, para palear la inflación generan una contracara y con ello las líneas de crédito de corto plazo para las empresas se van achicando en volumen y también se encarecen (aunque existen líneas preferenciales según los sectores y otros instrumentos como se explicó en la nota "Financiamiento para PyMEs mediante SGR").
Típicamente es una situación de crowding out. Para ejemplificarlo hay que entender cómo la demanda de pesos del Estado saca del partido al sector privado. Esto se debe a que el gerente de un banco prefiere prestarle al BCRA (Banco Central de la República Argentina) al 37,5% antes que poner un equipo a lidiar con las empresas para prestarles a una tasa menor. En consecuencia, este escenario explosivo va definiendo ganadores y perdedores en la economía nacional.
Entre los primeros están los exportadores en general y particularmente el sector agropecuario ya que su rentabilidad por devaluación se vio rápidamente absorbida por los problemas planteados anteriormente (hay que tener en cuenta que este sector tiene márgenes finos de rentabilidad). En el segundo sobresalen los trabajadores y jubilados, porque tienen ingresos fijos que se deterioran con la inflación.
No nos podemos olvidar de los dueños de las pequeñas y medianas empresas, que perdieron capital de trabajo con la devaluación y enfrentan costos financieros más altos, lo que puede impactar en el empleo a mediano plazo. Además, el esquema de protección de las importaciones se flexibilizó y faltan varios meses para la recomposición de salarios a través de las paritarias, que si bien van cerrando, traccionan contra las ventas. Con esto la pequeña empresa vende a plazos más largos, entre 60 y 120 días, porque tampoco tiene opciones y además del desfasaje de pago y cobro, usualmente le impiden trasladar los mayores costos. O sea, compran a los precios nuevos (más altos), pero venden a los precios viejos (más bajos).
Las PyMEs argentinas pertenecen en su mayoría al sector de servicios, en segundo lugar al de comercio y en tercero al de la industria. En Buenos Aires, los puntos geográficos de mayor concentración son la ciudad y el territorio bonaerense, aunque se cuentan de a miles de norte a sur, en todas las provincias. De esta enorme masa de firmas, sólo un puñado vende sus productos al exterior. La baja participación de las empresas en las exportaciones, es consecuencia de la falta de competitividad y el desconocimiento de cómo insertarse en un mercado ajeno.
¿Qué herramientas deberían implementarse para ayudar a este sector? Una buena opción implica que no paguen los mismos costos laborales e impositivos que una gran empresa, por el simple hecho de que los volúmenes de operación son totalmente disímiles. Hoy en día, el objetivo de las pequeñas empresas es subsistir y perdurar, distintos a los de una gran empresa. Las PyMEs funcionan de forma distinta, suelen ser empresas familiares o de amigos y representan el 70% del empleo nacional.
Es fundamental también tener tasas diferenciales para créditos y para el descuento de cheques. Sabemos que descontar al 30% o tomar créditos para capital de trabajo con tasas mayores al 38% no ayuda a la competitividad PyME. Sin más, la cadena de pagos se empieza a resentir y complica la situación financiera de las empresas ya que los plazos de cobro se han extendido a más de 60 días.
No todos pueden estar en la misma bolsa y podrían presentarse proyectos como los que están hoy en camino en el mercado como la "Ley de promoción de empleo registrado" (ley 26940), el plan “mi primer empleo” y planes de pagos de AFIP.
Nuevo plan de pagos para deuda impositiva, aduanera y de seguridad social. Consultá cuotas e interés según tipo de deuda. Plan de Financiación Permanente RG 3824
Pasemos a repasar alguno de estos beneficios para las pequeñas y medianas empresas:
Nuevo plan de Afip: viene con flexibilización de los topes para los planes de facilidades de pago accesibles sobre deudas con el organismo. Lo dispone la resolución 3870, publicada en el Boletín Oficial, que a su vez elevó hasta 4 el número de planes de pago accesibles para contribuyentes que declaren ingresos de hasta 50 millones de pesos anuales. Las modificaciones dispuestas por la resolución ya están vigentes desde principios de mes. Los planes de pago se estructurarán en cuotas mensuales, iguales y consecutivas, con un mínimo de 500 pesos para autónomos y monotributistas y de 1.000 pesos para el resto de los contribuyentes. La tasa a aplicarse sobre los planes será fija y se le sumará dos puntos porcentuales para contribuyentes con ingresos de hasta 91 millones de pesos por año, y seis puntos para quienes declaren ingresos superiores a ese monto.
Ley de promoción de empleo registrado: debido a la extensión del tema dejamos a disposición de los interesados la página con toda la información, haciendo click aquí.
Plan de financiación permanente: con el objeto de facilitar a los contribuyentes y responsables el cumplimiento voluntario de sus obligaciones fiscales, esta Administración Federal establece mediante la Resolución General N° 3824, un plan de pago de carácter permanente que permite regularizar obligaciones impagas.