Aunque en los últimos días las bolsas bailan al son de las últimas noticias procedentes de la frontera entre Ucrania y Rusia, la debilidad de los principales índices es el resultado de una suma de factores económicos y monetarios que se ve agravado por la inestabilidad geopolítica que vivimos en Europa.
Una valoración media de la renta variable muy superior a su fair value, el sobreendeudamiento tanto del sector público como el privado, la retirada de los estímulos monetarios por parte de unos bancos centrales sobrepasados por los niveles de inflación más altos en las últimas cuatro décadas, y un deterioro de las cuentas de resultados de un buen número de sectores que no pueden trasladar el incremento de sus costes al precio de sus productos y servicios forman un huracán económico cuya fuerza sigue creciendo. La subida de la rentabilidad de los títulos de deuda pública y corporativa en el mercado secundario, la retirada de la liquidez del sistema financiero por parte de los bancos centrales -algo que comenzará con la reducción oficial del balance de la Fed-, y la caída de la confianza de los consumidores no hacen más que alimentar esta fuerza de la naturaleza económica.
En ese sentido, hemos visto cómo la rentabilidad de la deuda del Tesoro americano ha experimentado una importante subida en las últimas semanas, llegando incluso a superar el T-Note a 10 años la cota psicológica del 2%. Con un sector público y privado sobreendeudado, el incremento de un 1% en el coste de financiación supone una carga equivalente a un 2% en el año 2000 para las arcas públicas en EE. UU. y del 1,5% en la Unión Europea. En el caso del sector privado, la relación es algo inferior, pero no debemos olvidar que nos encontramos con niveles de endeudamiento similares o incluso superiores a los del año 2008.
Los backtests realizados muestran que la reducción de los balances de los bancos centrales crea mayor inestabilidad en la renta variable y de forma más mantenida en el tiempo que las subidas de los tipos de interés, cuyo efecto en las bolsas suele ser de carácter más coyuntural.
En términos de confianza de los consumidores, tomando como referencia el índice de sentimiento de la Universidad de Michigan, éste hizo su máximo en el primer trimestre de 2020 con un índice de 101. Tras la reapertura de la economía tras la crisis COVID, llegó a recuperar niveles de 88,3 en abril de 2021. La última lectura en febrero de 2022 con tan sólo 61,7 puntos muestra a unos consumidores con las perspectivas económicas de largo plazo menos favorables de la última década.
En nuestra opinión, lo más importante es aceptar que una vez ciertos fenómenos se activan -bien sean fenómenos de la naturaleza o económicos-, ya no caben más opciones que protegernos de la mejor manera posible para minimizar sus efectos, más que luchar contra lo inevitable. En nuestro huracán económico particular, los bancos centrales llegan tarde. Ya no disponen de herramientas capaces de poner freno al potencial destructivo de un cuadro macro alimentado por ellos y que cada vez se encuentra más cerca de dejar sus efectos en la economía productiva y financiera a ambos lados del Atlántico.
Flujos netos de efectivo
FactSet (NYSE:FDS) ha registrado salidas netas de efectivo en ETFs de renta variable por importe de 1.000 millones de dólares, y entradas de casi 600 millones de ETFs de renta fija. Las salidas de ETFs americanos fue superior a los 1.600 millones, mientras la renta variable internacional recibió algo más de 500 millones.
Los datos de Refinitiv Lipper muestran entradas netas de 4.300 millones de dólares de fondos de renta variable, y salidas de casi 12.000 millones de renta fija. En conjunto, deja un saldo favorable para las bolsas, aunque la discrepancia entre ambos indicadores, dado el contexto económico y geopolítico, nos hace ser prudentes.
En su cartera de derivados, los inversores institucionales trasladan una semana más exposición de renta variable (69,9%), que pierde por primera vez en dos años la cota del 70%, y de renta fija (16%) a las materias primas (11,3%), que siguen actuando como safe harbour.
Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial
Este indicador ayuda a determinar el estado en que se encuentran los diferentes activos, a partir del análisis de su composición interna. Es útil a la hora de determinar el peso relativo que debe asignarse a cada clase de activo en una cartera diversificada. Se diferencian cuatro tipos de tendencias (alcista, lateral-alcista, lateral-bajista y bajista). Identificamos a continuación en qué punto se encuentra la FRT con datos de cierre del viernes y cómo ha evolucionado en el tiempo.
Las materias primas (+46) continúan como la clase más fuerte. Por subcategorías, Energía (+68) y Metales Preciosos (+67) lideran la tabla, seguidas de Industriales (+47) y Alimentación (+31), todas en zona alcista. La renta variable (-4) repite una semana más en zona lateral-bajista. Las cryptos (-19) continúan en zona lateral-bajista. Los índices de volatilidad continúan en zona lateral-alcista, lo que se traduce en riesgo de inestabilidad para las bolsas.
En las últimas 4 semanas, las materias primas han tenido una revalorización media del 3,4%, mientras las caídas en las bolsas mundiales han sido del -0,5% y de las cryptos del 16,1%.
En la renta variable, los índices europeos continúan por quinta semana como los menos débiles (-2), seguidos de los asiáticos (-5) y, en último lugar, los americanos (-25), que rozan la entrada en zona bajista. La fortaleza interna del S&P 500 (-5) ha caído hasta zona lateral-bajista. El índice Dow Jones de Industriales (-10) ha sido el que más ha sufrido en términos de FRT durante la semana, y cae hasta la zona lateral-bajista, mientras el índice tecnológico Nasdaq (-12) continúa como el más débil.
Por el lado de los índices europeos, la FRT del CAC40 (+11) continúa como el más fuerte, mientras que MIB (-4), DAX (-2) y el IBEX-35 (-4) se encuentran prácticamente al mismo nivel de fortaleza de su composición interna.
Actualización de los niveles de control de los inversores institucionales
Como saben de artículos anteriores, nuestra predisposición es alcista mientras el precio de los distintos activos se sitúe por encima de los niveles en los que se encuentran posicionados los inversores institucionales y que se muestran en la tabla siguiente. Los niveles de presión bajista son relevantes a los efectos de anticipar en qué zonas de precios puede incrementarse temporalmente la volatilidad.
La predisposición del S&P 500 sigue siendo la misma que la de las semanas anteriores, lateral-bajista, ya que se encuentra por debajo de los niveles de control de los inversores institucionales. La situación del Dow Jones es similar, por lo que debemos esperar que la debilidad que defendíamos en semanas anteriores se mantenga. La superación de 35.497 permitiría recuperar la predisposición alcista. El índice tecnológico Nasdaq se encuentra también con predisposición lateral-bajista.
En el caso de las materias primas, el Oro continúa con predisposición alcista. Durante la semana, destacamos un incremento del 40% de las posiciones largas en este activo por parte de los inversores institucionales, y que sitúa su nivel de control en 1.817 euros por onza. La Plata también mantiene su predisposición alcista, al situarse su cotización por encima de 23,1 dólares. Las caídas durante la semana en el Brent no cambian su predisposición alcista, si bien los niveles de prealerta han ayudado a proteger las plusvalías generadas en las últimas nueve semanas, y que son superiores al 25%.
Vuelve a caer el precio de control de los inversores institucionales en Bitcoin, que ha pasado de 57.421 a 56.918. Sólo si se superase ese nivel, la predisposición sería alcista, por lo que se mantiene el escenario de debilidad. Esta semana, el nivel de control en el Ether cae hasta 3.305, desde los 3.364 anteriores. Mientras el precio no supere este nivel, esperamos que la debilidad se mantenga.
Actualizamos a continuación algunos de los niveles de prealerta más relevantes para la semana entrante:
• S&P 500: la superación de 4.405 reduciría el riesgo de nuevas caídas.
• Dow Jones: la superación de 34.220 permitiría reducir el riesgo nuevas caídas.
• Nasdaq 100: superación de 14.614 permitiría reducir riesgo de nuevas caídas y, posteriormente, 14.833 daría pie a nuevas subidas.
• Oro: la pérdida de 1.886 incrementaría riesgo de correcciones.
• Plata: la pérdida de 22,66 daría pie a nuevas caídas; superación de 23,83 abriría la posibilidad de buscar nuevos máximos locales.
• Crudo Brent: la pérdida de 91,22 incrementaría riesgo de correcciones.
• Bitcoin: la pérdida de 39.390 incrementaría el riesgo de correcciones a nuevos mínimos locales.
• Ether: la superación de 2.670 consolidaría mínimos anteriores.
¡Buena semana y buenas inversiones!