El número de viviendas visadas crecía a principios del año a ritmos del 25% interanual, pero es cierto que su número de 83.000 era muy inferior a las cifras manejadas antes de la crisis. En la última década se ha producido un importante ajuste residencial.
Este reciente dinamismo residencial descansa en una fuerte demanda: las compraventas de viviendas registradas crecen a ritmos del 15% anual, especialmente en la vivienda de segunda mano. La mayor parte de las compraventas se materializa a través de préstamos, pero una parte aún significativa es al contado.
La consecuencia directa del dinamismo que supone la normalización del mercado residencial es un aumento de los precios. Según los últimos datos del INE, el crecimiento de los precios a nivel nacional es del 6% anual, sin grandes diferencias entre la revalorización de la vivienda nueva y la de segunda mano. Cuatro años consecutivos de subida de los precios, aunque siguen estando bien por debajo de los niveles antes de la crisis.