Si alguien piensa que esto es parecido a la crisis de 2008, creo que se equivoca. A continuación mis argumentos a favor de por qué el mercado rebotará.
Todos los días cuando llego a la oficina tengo una rutina que muy pocas veces altero. Enciendo la laptop, me sirvo una taza de café, hojeo un matutino financiero local e investigo cómo se perfila la apertura de los índices de Wall Street.
Casi siempre es así…
También incluyo en mis actividades un pequeño intercambio de opiniones con los editores de los distintos servicios de Inversor Global. Entre ellos, Iván Carrino (editor de El Diario del Lunes), Sebastián Maril (editor de Mercado en 5 Minutos PRO) y Nery Persichini (editor de Revancha Argentina).
Precisamente con Nery me quedé hablando un poco más en la mañana del lunes. No solo nos detuvimos a dialogar sobre lo que hicimos el fin de semana, sino que hubo tiempo para conversar un poco sobre los mercados.
Una de sus menciones fue el disparador de este newsletter: “Vi un gráfico sobre el Nasdaq que señalaba que estaba en los peores niveles de sobreventa desde la crisis hipotecaria en Estados Unidos del 2008”, me indicó.
Internamente sabía que el Nasdaq, como el resto de los mercados bursátiles globales, estaba fuertemente bajo presión. Pero jamás hubiese pensado que la misma era equivalente a lo que había pasado por aquellos días de 2008, cuando el descontrol, pánico y desconcierto era total.
Me puse a investigar un poco.
Varios mercados han entrado en la zona de “mercado bajista” (Bear Market): esto implica una caída de más de 20% desde el último pico alcista alcanzado en el corto plazo. Eso, según muchos analistas, es una clara señal de cambio de tendencia.
No estoy muy de acuerdo con esa métrica, ya que muchas veces he visto a mercados entrar a terreno bajista y luego retomar la tendencia alcista que traía anteriormente y viceversa.
Pero si me baso estrictamente en este indicador, el índice tecnológico Nasdaq todavía está a 4,3% de entrar en unBear Market, definido por esa corrección del 20% desde el máximo alcanzado previamente.
En mi percepción personal, la situación corriente es muy distinta a lo que pasó en 2008 y el gran riesgo sistémico, que implicó la gran caída del mercado inmobiliario en Estados Unidos y que luego se extendió al mundo, actualmente no existe.
Hoy el punto de contacto es el nivel de sobreventa de las acciones tecnológicas. Si bien parece que este movimiento es extraordinariamente exagerado, desde el punto de vista de los indicadores técnicos el Nasdaq envía señales ambiguas.
Como se observa en el gráfico, el indicado RSI (Índice de Fuerza relativa), que mide la relación entre el número de ruedas alcistas contra el número de jornadas bajistas se encuentra muy cerca de 20 puntos. Eso indica sobreventa y cada vez que estuvo allí, el índice rebotó.
Pero a su vez, la última gran caída del Nasdaq ha llevado a quebrar dos soportes importantes de tendencia de corto y largo plazo: la media simple de 50 ruedas y la de 200 ruedas. Eso indica un gran cambio de tendencia para el mercado alcista que venía teniendo en los últimos cinco años.
Entonces… ¿cuál de las dos visiones se impone?
Creo que las acciones rebotarán. Y una de los drivers que podrían impulsar esa recuperación son los balances corporativos correspondientes al cuarto trimestre de 2015. Los mismos ya se están presentando y el escepticismo de los analistas es extremo.
Quizás allí haya exageración, y cualquier buena noticia corporativa puede ayudar a cambiar los alterados ánimos de los participantes del mercado.
Las fechas a tener en cuenta por este motivo son:
- 26/01/2016: Balance de Apple (O:AAPL)
- 28/01/2016: Balance de Microsoft (O:MSFT)
- 28/01/2016: Balance de Amazon (O:AMZN)
- 01/02/2016: Balance de Alphabet (O:GOOGL)
Ahí se jugará gran parte de la chance de ver una reacción alcista al derrumbe bursátil actual. Es tiempo de ser selectivo y revisar más de una vez cada paso a tomar.
LO QUE ME PREOCUPA EN EL CORTO PLAZO
He remarcado una y otra vez que la caída del precio del petróleo es una oportunidad para el mediano plazo. Pero debo reconocer que la espiralización de la baja a una velocidad inusual en los últimos días abre interrogantes para el corto plazo.
De continuar esta tendencia, muchas pequeñas petroleras que había tomado deuda para expandir su producción de petróleo no convencional (fracking) podrían entrar en serios problemas financieros para pagar dichas obligaciones.
Eso sería un motivo de preocupación importante.
La otra razón para ser pesimistas es que hay muchos grandes bancos expuestos a esta deuda. Y si se genera una situación de “cesación de pagos” (default) generalizada, entonces sus hojas de balance se verán fuertemente perjudicadas.
Por ende, para encontrar el rebote de los mercados, que creo llegará, es una condición necesaria la estabilización de los precios del petróleo.
Ese es el dato a mirar.