El fortalecimiento del dólar estadounidense puede hacer más atractivo invertir en este activo y, por consiguiente, relajar la fuerte subida que ha ido realizando el oro a lo largo de los últimos meses. No hablo de un cambio de tendencia ni mucho menos, pero sí de la posibilidad de un retroceso buscando puntos de apoyo con el objetivo de, en un momento dado, continuar subiendo.
Y para eso considero especialmente importante la imagen que compartí el otro día en redes sociales, donde podemos observar una tendencia bajista en D1 que, poco a poco, va marcando máximos más bajos, algo que nos indica que desde que empezase el mercado a realizar mínimos inferiores, las compras de momento están perdiendo fuerza.
Una buena señal para empezar a plantear las ventas en forma de retroceso como mejor opción para entrar siempre y cuando esos máximos sigan siendo cada vez más bajos. Solo habría nueva imposición alcista si vemos máximos por encima de 1746, por el momento.
Si focalizamos en temporalidades inferiores y tal y como muestro en el gráfico que comparto en este análisis, la representación de la última subida queda claramente definida a través de la tendencia alcista que tengo trazada. Necesitamos que esta tendencia quede anulada para empezar con esas entradas en venta. De momento la ruptura como tal de la tendencia ya se ha confirmado, y ahora mismo se está realizando un pullback, por lo que es necesario ver mínimos por debajo de 1.724 para comenzar con las operaciones.
El primer objetivo queda ubicado en 1.714,7, y según vayan produciéndose las rupturas de los soportes pensaremos en una siguiente proyección ubicada en el nivel psicológico de 1.700 y 1.684, respectivamente. Al tratarse de un gráfico más volátil, mi consejo es ir ajustando el stop loss y gestionando el riesgo en todo momento.
