Si analizamos el balance del año, podemos decir que la incertidumbre ocupa un lugar importante. La votación del Brexit, por supuesto, se asegura de que cogeremos la vía rápida para enfrentar los problemas que, en mi opinión, hubieran surgido de la misma forma.
Creo que la analogía es similar a cuando esperamos al control de seguridad en el aeropuerto. Hay dos filas: "la vía rápida" y "clase turista". La vía rápida hará que lleguen más rápido a la puerta, pero recuerden, en última instancia todos subiremos al mismo avión y llegaremos al mismo tiempo a nuestro destino. Así es la economía mundial.
La prioridad macroeconómica continúa siendo crear suficiente liquidez en exceso como para mantener la deuda existente. Se estima que el 75% de toda la flexibilización cuantitativa se utiliza para mantener la montaña de deudas creadas desde el comienzo de la crisis financiera. La deuda aumentó en 60 billones desde el 2007, y continúa siendo el freno más importante a nuestra capacidad de crear crecimiento y productividad.
Personalmente, no estoy demasiado preocupado por el Brexit, las crisis anteriores me han enseñado que este tipo de acontecimientos generalmente llevan a cambios reales, y a veces a reformas reales. Tras la crisis del mecanismo de tipo de cambio europeo en 1992, el crecimiento y empleo de Reino Unido aumentó significativamente. No obstante, entre los problemas económicos del país siguen estando su doble déficit.
La última vez que el Reino Unido tuvo un superávit en la cuenta corriente fue en 1982. Ese fue el año que Italia ganó la Copa del Mundo de fútbol con Paolo Rossi como goleador ... de la historia antigua. El hecho es que con o sin el Brexit, Reino Unido necesitaba cambiar. De hecho, también la UE, EE.UU., China y la mayoría de los mercados emergentes.
El ciclo conducido por las deudas ha alcanzado su tope y el contrato social se está volviendo a escribir por la fuerte inclinación de los votantes contra el elitista sistema político. Las elecciones de EE.UU. pronto se convertirán en el principal acontecimiento macroeconómico cuando el lío político post Brexit desaparezca o se estabilice. Para que conste, creo que a Donald Trump le irá mucho mejor de lo que dicen las encuestas. No por sus políticas, sino porque representa la facción anti sistema.
Apuesto a que cualquiera, y literalmente digo cualquiera, que sea anti sistema sería elegible en cualquier lugar si hubiera elecciones, ya que los votantes han tenido demasiadas falsas promesas de crecimiento.
La política económica de comprar tiempo simplemente falló y ahora se reduce a lidiar con una realidad que a nadie le gusta ni entiende. Menos aún todos los políticos y bancos centrales que continúan manteniéndose con sus políticas como si hubiesen sido educados por "Comical Ali", el ex ministro de información iraquí desde el 2003.
Negociar en los mercados en el 3T será navegar la volatilidad cada vez mayor, entender cómo el contrato social creará más cambios políticos y aceptar que la economía mundial, incluso EE.UU., se centrará en renovar su coqueteo con la recesión.
Las posibilidades de una recesión en EE.UU. son de, al menos, el 60%, ya que los indicadores clave como los indicadores líderes del Conference Board y el propio índice del mercado laboral de la Fed continúan cayendo con fuerza. Esto, por supuesto, se combina con factores externos como el Brexit, una Europa donde el principal indicador (Eurocoin) está alcanzando nuevos mínimos recientes y una China intentando desesperadamente que el crecimiento no caiga. Veremos a Japón actuar más de una vez y no me sorprendería ver una expansión fiscal del 2% tras las elecciones, combinada con más flexibilización monetaria.
Dudo que algo de esto mueva la aguja en Japón, y las tasas de crecimiento a largo plazo, pero podría crear una nueva "esperanza". A mi entender, la distribución de activos elegida fue la sobreponderación de renta fija, pero con las dramáticas fluctuaciones este trimestre, ahora me inclino más hacia una ponderación neutral y lentamente voy aumentando mi exposición de acciones de una importante infraponderación a neutral hacia fin de año.
Los principales temas serán el Brexit, las elecciones de EE.UU., la expansión fiscal japonesa, cómo la UE lidia con la salida del Reino Unido pero también la crisis inmigratoria siempre presente, y una Fed que pronto será más probable que recorte las tasas en lugar de subirlas.
La incertidumbre aumentará las probabilidades de una intervención macroeconómica. Lo que realmente se necesitan son reformas, el mandado de cambios "rápidos" que he mencionado constantemente durante los últimos cinco años.
La buena noticia es que en los próximos 6 a 12 meses veremos un giro hacia este mandado de cambio. La mala noticia es que vendrá con más volatilidad y más incertidumbre. Bueno, ya está todo dicho y hecho, creo que veremos al Brexit como catalizador de cambios positivos. Todos tendremos que abordar el mismo avión y llegar al mismo tiempo, pero utilizar la vía rápida da más flexibilidad para leer, preparar y reaccionar.