Las acciones de Bank of America (NYSE:BAC) se mantuvieron en un rango lateral, ofreciendo magros retornos desde noviembre del año pasado. Por otro lado, el precio parece estar reaccionando al alza en ruedas recientes, lo cual se relaciona con noticias favorables que impactaron al sector en general y al banco en particular.
Puntualmente, la semana pasada se publicaron los resultados del último “stress test” de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Éste es un análisis que realizan las autoridades regulatorias sobre la fortaleza financiera de diferentes instituciones para determinar si están o no en condiciones de distribuir efectivo a los accionistas.
El saldo del último stress test fue claramente positivo para la industria en términos generales: los 34 bancos sujetos a la aprobación de sus planes de distribución de capital obtuvieron efectivamente dicha aprobación por parte de la Reserva Federal; la única excepción fue Capital One (NYSE:COF), que obtuvo solo una aprobación condicional.
En el caso de Bank of America, la compañía obtuvo autorización para incrementar sus dividendos en un 60%, al nivel de 0,12 dólares por unidad. Esto implica una rentabilidad por dividendos de cerca del 2% sobre los precios actuales del activo. Adicionalmente, la entidad planea recomprar acciones por cerca de 12.000 millones de dólares a lo largo de un año, monto que representa cerca del 5% sobre el valor de mercado de la firma financiera.
Sumando dividendos y recompras de acciones, los accionistas en Bank of America van a recibir cerca de un 7% sobre el valor actual de las acciones en distribuciones de efectivo a lo largo del próximo año, lo cual claramente es un monto atractivo en un contexto de tasas de interés históricamente bajas en todo el mundo.
Que el banco haya obtenido aprobación para realizar generosas distribuciones de efectivo por parte de las autoridades regulatorias es un reflejo positivo al respecto de su fortaleza financiera. Cuando los bancos cuentan con un balance demasiado afectado por activos de dudosa cobrabilidad, la Reserva Federal suele ser más estricta en términos de autorizaciones.
También es importante tener en cuenta que la amplia mayoría de los grandes jugadores en el sector financiero han recibido el OK para implementar sus planes de dividendos y recompras de acciones. En la mirada del mercado, esto estaría indicando que lo peor ha quedado en el pasado en términos de dificultades financieras para el sector, lo cual podría atraer a los inversionistas interesados en capitalizar posiciones en el momento indicado.
Otro punto importante es que las recompras de acciones reflejan confianza por parte del equipo directivo de la compañía. Cuando una firma recompra acciones, está básicamente retirando estos activos del mercado e invirtiendo el capital de la empresa en sus propias acciones. En teoría, si la firma invierte en sus propias acciones lo hace porque considera que el precio de entrada es conveniente y las perspectivas del negocio se muestran atractivas.
El management es parte interesada en la discusión sobre la conveniencia o no de comprar acciones de la firma, y por lo tanto, su punto de vista debe siempre analizarse con perspectiva e independencia de criterio por parte del inversor externo. Más allá de esto, no deja de ser un dato positivo el voto de confianza que implican las agresivas recompras de acciones que está implementando Bank of America.
Fundamentos del negocio y niveles clave de precios
El último reporte de resultados de Bank of America muestra un negocio saludable: la facturación de la compañía se incrementó en un 7% interanual, alcanzando los 22.200 millones de dólares durante el trimestre terminado en marzo de 2017. Los ingresos por intereses aumentaron un 5% hasta alcanzar 11.100 millones, mientras que otros ingresos se expandieron un 9% gracias a mayores ingresos por trading y un récord en los ingresos en el segmento de banca de inversión.
Las previsiones por pérdidas crediticias cayeron un 16% interanual, y las pérdidas netas por incobrabilidad se redujeron en un 13%. Esta evolución favorable de los indicadores crediticios avala la tesis sobre una mejora en la calidad de los activos de Bank of America.
Las ganancias por acción crecieron un 46% en el trimestre, alcanzando los 0,41 dólares por unidad frente a una ganancia por acción de 0,28 dólares en el primer trimestre de 2016. El resultado superó los pronósticos de Wall Street en 0,06 dólares por acción.
En cuanto a la valuación, el precio de entrada parece bastante razonable en comparación con otras alternativas en el sector. El ratio precio-ganancias es de 14,9 para Bank of America contra 16,5 para el promedio de la industria. El ratio precio-valor libros en el caso de Bank of America asciende a 0,98 frente a un ratio promedio de 1,1 para las compañías en el sector.
Técnicamente, la zona de 22 dólares por acción funcionó como un soporte clave de precios desde noviembre del año pasado; se trata entonces de un nivel de gran importancia en términos de sostener el potencial alcista del activo. Recientemente, los precios están buscando romper al alza la zona de 24,25 por acción, y en caso de confirmarse la ruptura podría habilitar el camino hacia un nuevo testeo de los máximos del año, en la zona de 25,6 dólares por unidad.
El precio objetivo entre los analistas de Wall Street es de 25,9 dólares por unidad para Bank of America, lo cual implica un potencial de revalorización de cerca del 7% desde los valores actuales. Sin embargo, es probable que el precio objetivo se ajuste al alza durante las próximas semanas en función de las novedades positivas sobre la solvencia financiera de la compañía y los incrementos en las distribuciones de capital.
Fuente: DIF Markets