Puede que los inversores crean que los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal se han dado a la fuga tras hacerles cambiar de opinión primero de una subida gradual de los tipos de interés a una postura paciente sin cambios hasta finamente estar dispuestos a recortar los tipos si fuera necesario. El predictor de futuros de la Fed estima que hay en torno a un 20% de probabilidades de un recorte al comienzo de su reunión de dos días aunque eso supone un descenso frente al 25% que se estimara anteriormente.
Pero algunos de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) podrían estar cerrándose en banda, pues no quieren que les persigan los participantes del mercado, y mucho menos los presidentes que tuitean. Las probabilidades van claramente en contra de un recorte esta semana, y un movimiento en la próxima reunión de finales de julio es algo más que una conclusión inevitable, aunque los futuros indican que las probabilidades de un recorte hasta 2,00-2,25 frente al nivel actual de 2,25 2,50 son de un 68%.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, tendrá que volver a caminar por la cuerda floja en la rueda de prensa el miércoles para evitar contribuir al impulso dando por hecho un recorte en julio pero sin eliminar la esperanza hasta el punto de provocar una reacción del mercado.
Las orientaciones prospectivas, diseñadas para calmar las preocupaciones del mercado garantizando que los tiempos normales volverán, se enfrentan al reto sin precedentes de preparar a los inversores para un mundo que puede que nunca vuelva a ser normal. Tomemos como ejemplo el gráfico de puntos de las previsiones de dónde estarán los tipos de interés los próximos meses de cada uno de los responsables de la política monetaria. ¿Puede funcionar incluso teniendo en cuenta que los tipos podrían descender?
A pesar de todas las inquietudes en torno al comercio, los datos no ofrecen a los responsables de la política monetaria una idea clara de hacia dónde van las cosas. La economía sólo ha creado 75.000 puestos de trabajo en mayo, 100.000 menos de lo previsto, aunque la producción industrial ha subido un 0,4% este mes, el doble de lo que indicaban las previsiones.
Los datos de inflación son menos ambivalentes. La inflación de los precios al consumo registró un 1,4% anual en mayo, muy por debajo del objetivo fijado por la Fed en un 2%. El IPC tiende a estar algo por encima del gasto en el consumo personal, la medida preferida de la Fed, así que es poco probable que apoye la afirmación de Powell de que los factores transitorios están lastrando la inflación. Las expectativas de inflación que sigue la Universidad de Michigan han descendido hasta un 2,2% en junio, mínimos históricos, mientras que los precios de los bonos protegidos contra la inflación apuntan a una tasa del 1,65% durante la próxima década.
La curva de rendimiento invertida está algo menos clara. Aunque el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 3 meses ha superado al de los bonos a 10 años en marzo y la curva sigue invertida en el momento de redactar estas líneas, la curva de los bonos a 2 años / 10 años aún no se ha vuelto negativa. Para algunos, esto confirma que la Fed se embarcará realmente en un recorte preventivo de los tipos para revertir la reversión a corto plazo.
Powell alimentó estas esperanzas la semana pasada cuando abandonó su postura de paciencia y aseguró a su audiencia en una conferencia de estrategia de política monetaria que la Fed "actuará según proceda para sostener la expansión". Justo después de las observaciones del día anterior, las declaraciones del presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, que dijo que las tensiones comerciales podrían significar que "un ajuste a la baja de la política monetaria sería pronto adecuada", ha sido todo el estímulo que los inversores necesitaban para pensar que la Fed está haciendo las cosas bien finalmente.
En su entusiasmo, los participantes del mercado, dando por hecho un recorte en julio, ven más probabilidades que nunca de un segundo recorte en septiembre, hasta 1,75-2,00 y un 35% de probabilidades de un tercer recorte hasta 1,50-1,75 en diciembre.
Muchas cosas tendrían que ir mal para que ese escenario llegara a darse. Lo imponderable de todo esto es cómo responderá la Fed a la presión de la Casa Blanca para que recorte los tipos de interés. ¿Resistirá los recortes —incluso en contra de su buen juicio— con el fin de parecer independiente, o será verdaderamente independiente y dará preferencia a una relajación de la economía recortando los tipos gradualmente y tragándose su orgullo?