Era domingo por la tarde de un confortable día de otoño de 2019. Fui a tomar el café a mi cafetería de referencia por aquel entonces. Me gustaba ir allí por su amplia terraza y porque a esas horas de la tarde los rayos del sol te proporcionaban una cálida estancia.
En la mesa de al lado habían dos personas que estaban acabando de comer. Eran las 5 de la tarde y habían alargado la sobremesa. No pude evitar escuchar la conversación. No puede evitarlo porque estaban hablando de bolsa. Y como en España, la cultura financiera y bursátil es casi nula, me extrañó encontrar a dos individuos tocando estos temas. Escuchando, escuchando, uno de ellos dijo ha había invertido todos sus ahorros, unos 60.000€, en comprar acciones de Banco Sabadell (BME:SABE).
Yo, que soy una persona que invierto en índices, que invierto en ETF ya sean globales o sectoriales y que en mi cartera solamente el 2% está dedicada a acciones, me quito el sobrero a todo aquel que invierte en acciones. Y me quito el sombrero porque cuando uno invierte en acciones, puede pasar lo que ha pasado con Grifols (BME:GRLS) compañía catalana que cotiza desde 2006 y que desde 2008 forma parte del IBEX-35.
Quien invierte en acciones corre determinados riesgos y uno de ellos, posible pero poco probable, es que su contabilidad sea fraudulenta o que comenta “alegalidades” que los auditores no detecten. O que exista contabilidad paralela o que exista una reingeniería financiera para “ocultar” pérdidas. O asumir unas ganancias futuras cuando realmente no lo son. O que existan empresas subsidiarias localizadas en países con régimen fiscal diferente para ocultar beneficios o pérdidas. Los reguladores ( y por extensión los auditores ) tienen la misión de evitar en lo posible todas estas “triquiñuelas “ pero nunca se va a llegar al 100% de efectividad. Intentar evitar estas “reingenierías financieras” de los mercados es como intentar quitar la humedad del mar.
Hace 23 años del caso Enron, que supuso un antes y un después en el tema de las auditorias en las empresas cotizadas, pero a pesar de recrudecimiento de éstas, cada dos por tres aparecen nuevos casos: Worldcom, Lehman Brothers, Bear Stearns, Abengoa (BME:ABGek), Gowex, Pescanova (BME:PVA), Popular, etc. Empresas que han estado en el ojo del huracán porque en sus cuentas había “algo que descuadraba”. Unas han acabado quebrando y otras se han recuperado.
La verdad es que la situación de Grifols es compleja. Yo no sé lo que va a pasar. Yo no sé si las cuentas están correctas o incumplen la normativa. Lo que sí sé es que si un fondo como es Gotham se posiciona en corto sobre Grifols debe ser que tiene información muy precisa de que algo descuadra.
Y el problema de Grifols está en la credibilidad de Gotham. Y fíjense en la distinción que he realizado. Digo que el problema de Grifols está en la credibilidad de Gotham y no de Gotham en sí misma. Y es que Gotham lleva años descubriendo “anomalías” en la contabilidad de las cotizadas: Gowex, Medifast Inc, Criteo S.A, MDC Parners, AAC Technologies, Aurelius Equity Opportunities, Blucora Inc… Y ese es el talón de aquiles de Grifols.
Ahora el foco está en Grifols y en Gotham. Pero ¿qué papel juega el auditor, KPMG? Si Grifols tiene un problema, los auditores también. Otra vez va a quedar en entredicho la rigurosidad de sus trabajos y otra vez la credibilidad de las empresas de auditoria va a volver a caer por los suelos. Ya existe mucha literatura al respecto sobre la relación entre empresa auditada y auditora y por este motivo, al menos en España, las grandes empresas están obligadas a cambiar cada 4 años de auditoria para evitar supuestos fraudes.
Lo he dicho mil veces en mis artículos en investing.com y lo repito para los que son nuevos en estos de los mercados bursátiles. Ganar en corto es extremadamente difícil y solamente salen a la luz pública aquellas operaciones en corto que han generado plusvalías. Por el camino hay muchas inversiones en corto que salen con pérdidas, pero estas no las verás publicadas en la prensa.
Si usted es inversor en acciones, puede estar seguro de que mañana habrá otra Grifols 2.0. Alguna empresa que intente “maquillar” sus cuentas y en dónde el auditor pasará por alto o no identificará “tal anomalía”. Por este motivo, una recomendación que hago es que diversifique en diferentes empresas y no ponga todos los huevos en la misma cesta tal y como hizo esa persona con los 60.000€ en acciones del Banco Sabadell. Y sino, ya sabe, fondos de inversión o ETF dónde ese riesgo se diluye. Y si le parece poco atractivo o aburrido referenciarse a índices, dispone también de ETF con doble y triple apalancamiento.
Que tengan buenas inversiones y mucha suerte a los inversores de Grifols.