Se han cumplido siete meses desde que un misterioso trader realizara una apuesta gigantesca de que el índice de volatilidad CBOE - o VIX - subiría desde los niveles tan bajos alcanzados en octubre pasado. El trader amplió esencialmente esa apuesta para diciembre y tampoco funcionó. El "rollover" conllevaba que si salía bien la apuesta, este trader ganaría 263 millones de dólares ¿Qué ha sido de este misterioso especulador? Hablo con el CEO de una importante gestora de fondos. "Leo informes contradictorios, sentimientos enfrentados, valoraciones de asombro y recomendaciones para meterse en la cama durante todo el invierno. Unos recomiendan bonos turcos, otros bancos franceses y venta de entidades españolas. Aquellos quieren bonos venezolanos y otros dicen que el rey es el bitcoin, ahora que después de haber subido tropecientas mil veces ha entrado en modo montaña rusa. Pero si voy un poco más lejos y retomo las premoniciones catastrofistas de los últimos meses compruebo que todas proceden de los llamados gurús de la renta fija, los gurús de los bonos. Están perdiendo las cejas y mucho más. La solución a sus problemas pasa por un crash de los mercados, que tumbaría las acciones y provocaría, como siempre, una huida del dinero hacia los bonos".
"Justo lo contrario de lo que ahora sucede. Por fortuna, para estos gurús y sus mariachis, que todos los días aparecen en los medios de comunicación, el Mundo Global tiene a los bancos centrales, que evitarán, precisamente, eso: el crash. Un hundimiento de los mercados se cargaría de un plumazo los logros conseguidos en materia económica, social y de empleo en los últimos años. No quiero decir, con esto, que se vaya a producir una onda expansiva alcista en las Bolsas. Simplemente, que no habrá crash. Mi apuesta es que la Fed retirará fondos de manera gradual, pero sin perder dinero (retirará activos a vencimiento, así de sencillo) y que el BCE le seguirá en enero próximo. Es decir, no perderán dinero con la retirada de fondos comprados".
"Respecto a las grandes apuestas apalncadas, en mis cincuenta años de seguimiento de los mercados he visto de casi todo. Por ejemplo, hacerse millonario en un segundo y perder todo en una décima de segundo. Jugar y especular con futuros es poner en marcha la ruleta rusa. Conocí en el crash de 1987 a un afamado matemático que estaba corto en el S&P. El índice se bloqueó y el dinero le llovió del cielo. Otra gran gestor perdió todo en un segundo, por hacer lo contrario dos días después. Ya era tarde. Puedes perderlo todo o ganar mucho todo mientras sorbes una taza de café. Los que seguimos el día a día de los mercados buscamos con ansia el filón, el gran filón, la gran veta de oro".
"Pero muy pocas veces lo encontramos. Hay actores que se mueren sin haber encontrado ni una sola pepita de oro en el río de la Bolsa y de los mercados. Llevo varias semanas pensando que quizá ese filón, esa gran veta de oro esta en el rugido súbito de la volatilidad. Ese rugido que hace tambalearse al templo del dinero, al becerro de oro. El gran problema es cómo financiar el tiempo, la espera. No podemos olvidar que la volatilidad lleva dormida muchos meses. sin inmutarse con nadie ni con nada".
"También la volatilidad depende de la mano de dios, que mece la cuna de los mercados y de la Bolsa. Eso es lo que más miedo me da: el control de todo por esa mano. Somos guiñoles en casi todo. Y por supuesto, en el mundo de la inversión y de la Bolsa. Insisto, ha que tener bemoles para ponerse delante del toro de la volatilidad. Yo no los tengo. Creo que la mayoría de mis clientes, tampoco. Y eso, es, precisamente lo que me anima a pensar que la gallina de los huevos de oro, el gran pelotazo está en la volatilidad".