Los datos de noviembre reflejaron un crecimiento meridianamente alto, aunque la realidad es que los meses de octubre y de noviembre están por debajo del objetivo que barajaba la compañía para el cuarto trimestre de 2018.
El tema del Brexit sigue coleando y es seguido muy de cerca por IAG (MC:ICAG), más que nada porque el sector es uno de los más sensibles y expuestos a la salida del Reino Unido de la UE, entre otras razones por la inseguridad jurídica que se crearía al ser considerado como un tercer país en cuestión. Además, la aerolínea, para poder seguir teniendo la licencia para operar, tendría que corroborar que mínimo el 51% de su capital está en manos comunitarias, hecho que no sucede hoy en día. Y no olvidemos que en caso de un Brexit duro (sin acuerdo entre las partes), la libra esterlina se derrumbaría y ello provocaría que se encarezcan los precios del combustible y de las tasas aeroportuarias.
De todas maneras, aparte de que está aun por ver si finalmente asistiremos a un Brexit duro, estos temores al menos están siendo equilibrados por la caída del precio del petróleo y por la buena marcha del negocio.
Un apunte como dato: es un clásico estos últimos años, el fondo británico Lansdowne Partners (que llegó a ser el tercer accionista de IAG, por detrás de Qatar Airways y Capital Research, rozando el 7% del capital), sigue desprendiéndose de acciones de IAG y ha reducido su participación desde el 4,85% hasta el 3,95%. Realmente sacó provecho de la subida de las acciones el pasado mes de noviembre y vendió.
En la primera sesión bursátil de 2019 cayó mas de un 3% debido a que Citi cambió de parecer. Lo que hasta ahora era "mantener acciones" ha pasado a ser "vender". Y no es porque le parezca que el sector está débil, ya que en cambio, ha recomendado comprar Lufthansa (DE:LHAG).
De todas maneras, el consenso del mercado no opina como Citi y sí apoyan comprar títulos de IAG, es más le dan de media un potencial de subida del 20% para el medio plazo. Mi opinión es que, siempre y cuando no lleguemos a un Brexit sin acuerdo, las acciones deberían de ver este año los 7,80 euros como primer objetivo.
Técnicamente hablando, el soporte formado en julio del 2017 y que fue puesto a prueba con éxito en septiembre de 2017, actuó muy bien al volver a ser tocado hace poco, en octubre de 2018, frenando las caídas y propiciando un interesante rebote al alza. Dicho soporte, una vez reajustado, pasa a fijarse en los 6,27 euros.